La Habana, Cuba .- En La Habana y Caracas la compra-venta de divisas están sometidas a fuertes regulaciones y penalidades, pero la dinámica económica hace que los ciudadanos tomen los riesgos. En Cuba nació una nueva clase social producto del acceso a las remesas: La de quienes tienen “FE”, iniciales de “Familia en el extranjero”. Venezuela va en la misma vía.
Un charcutero de Caracas abre su caja registradora para colocar en su interior una copia del recibo que emite el punto de venta electrónico que permite el pago por tarjeta de débito.
Adentro de la caja no hay bolívares en efectivo. Venezuela vive una severa escasez de billetes, producto de la hiperinflación que la azota y que según el último reporte del Fondo Monetario Internacional podría llegar a 1.000.000% al cierre de 2018.
La situación ha ocasionado que casi todas las transacciones comerciales se ejecuten de forma electrónica a través de tarjetas de débito, crédito o transferencias. Pero en el fondo de la caja registradora, 3 billetes de 20 dólares parecen asomarse.
“Sí, cada vez más personas me llegan con dólares para comprar mercancía. Por supuesto que los acepto”, comenta el charcutero de una céntrica avenida caraqueña