MOSCÚ. Edward Snowden, el hombre que reveló el sistema de espionaje masivo de EEUU, cumple cinco años de asilado en Rusia, sin que se sepa prácticamente nada sobre él, debido a su vida discreta y alejada de los focos.
Hace hoy cinco años, el exagente de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) recibió asilo político en Rusia y un año más tarde obtuvo un permiso de residencia temporal.
El también exanalista de la CIA, que hace unos días cumplió 35 años, ha asegurado en sus contadas entrevistas que lleva una “vida normal”, pese a su condición de prófugo de la Justicia de Estados Unidos.
El mes pasado, el filtrador habló con el periódico suizo “Tages-Anzeiger”, sin que haya trascendido el lugar donde se llevó a cabo la entrevista.
La publicación subraya que fue sumamente difícil concertar la cita porque Snowden prescinde de teléfono móvil y se comunica con el mundo exterior solo a través de sus abogados, por lo que las negociaciones para conseguir la entrevista duraron meses.
El filtrador contó al medio suizo que su vida en Rusia, donde tiene permiso de residencia válido hasta 2020, no se diferencia de la que llevan millones de otras personas: alquila un apartamento, viaja en metro, vive con su novia, Lindsay, que se mudó desde EEUU para estar con él, y se gana la vida dando videoconferencias sobre la seguridad informática.
Snowden, que desde hace unos años se ha convertido en un “trofeo” incómodo para el Kremlin, no tuvo reparo en volver a criticar abiertamente al Gobierno ruso y al presidente Vladímir Putin.
El exanalista de la inteligencia estadounidense cargó, en particular, contra la corrupción en las altas esferas del poder en Rusia, que, según dijo, es el problema de este país y no su gente, que comprende la situación pero se ve incapaz de cambiarla.