De la fruta todo es aprovechable, desde las flores, hojas, la madera, el látex y la cáscara; esta última con fin medicinal
En República Dominicana y fuera de sus fronteras el interés por la castaña de masa, o buen pan, como se le denomina en algunos lugares, es cada vez mayor. Es un producto que sigue ganando fama, dejando de ser un rubro que en el pasado se desperdiciaba en la zona rural.
Es un cultivo poco problemático, tomando en cuenta que puede darse sin dificultad en cualquiera de las ocho zonas agrícolas que tiene el país, de acuerdo con investigaciones realizadas. Es decir, que se puede sembrar tanto en zonas como el Bajo Yuna, donde llueve mucho y el suelo es profundo, como en espacios secos como los de la Línea Noroeste. En el Sur también aplica.
Incluso, en las zonas áridas el fruto suele ganar más peso, porque ahí se le acumulan más los almidones. Los cultivadores se han concentrado en diversos puntos geográficos del territorio nacional, entre ellos Monte Plata y en fincas ubicadas en Nagua, en el propio Bajo Yuna, en San Francisco de Macorís, en Samaná y en Cotuí. También hay plantaciones en Puerto Plata.
Se pueden aprovechar terrenos marginales para las siembras y cuando se cosecha, el buen pan puede ser materia prima para una serie de productos, industrializados y no industrializados. Lo que se requiere es que más inversionistas se decidan a colocar sus capitales en la citada actividad agrícola. La castaña puede convivir perfectamente con otros rubros en la tierra.
Por ejemplo, en cultivos de cacao (como sombra) se recomienda sembrarla a razón de diez plantas por tarea. En cultivo único, es decir, cuando la castaña está sola en el terreno, se recomienda sembrar de 12 a 14 matas. De acuerdo con explicaciones ofrecidas por Juan Hiciano, presidente de la Asociación Agropecuaria del Caribe y del Clúster de Productores de Castaña de Masa, es importante juntar el cultivo con otra actividad para que esté acompañado. Esas otras actividades, además de la siembra de cacao, pueden ser cultivos de musáceas (plátano, rulo o guineos), café y cría de abejas, entre otros.
Y en zonas áridas se puede combinar la siembra con la crianza de chivos y ovejos, tomando en cuenta que la planta es forrajera. Eso significa que las hojas se pueden usar para alimento de ganado o como forraje.