Algunos estudios han reportado que existe aumento de los riesgos de enfermedad neumocócica invasiva (ENI) en el niño prematuro. Sin embargo, esto no había sido investigado en un estudio epidemiológico comparativo (cohorte), tampoco el impacto de la vacuna antineumocócica conjugada (PCV7). Tomando como base de datos el Registro Médico de Nacimientos de Noruega, una investigación realizada del 2002 al 2010 en 628, 138 niños estudiados desde su nacimiento hasta los dos años de edad, encontró, tasas más altas de ENI en el niño prematuro en relación con el niño nacido a término. Evidenciándose la susceptibilidad a la infección en el niño prematuro, y, la acción protectora que produjo la introducción de una nueva vacuna en esos años.
La ENI es la mayor causa de enfermedad y mortalidad en niños por debajo de los dos años y, el conocimiento de los factores de riesgo para esta enfermedad es importante para la implementación de una mejor estrategia de vacunación. Sabemos que de 10 nacimientos 1 o 2 son prematuros y que lamentablemente estos nacimientos están aumentando por cesáreas programadas. Que un nacimiento a destiempo trae al mundo a un niño con un sistema inmune muy inmaduro, un niño cuya madre no ha tenido el tiempo para transferirle suficientes anticuerpos. Razones que explican el incremento del riesgo aumentado de ENI en el recién nacido prematuro.
La investigación realizada en Noruega es muy amplia y completa, con muchas variables que en este espacio limitado no podemos enumerar. De los 628, 138 niños incluidos en el estudio, 41, 931 nacieron prematuros y 411 se diagnosticaron con ENI, de estos, 224 correspondieron a la época pre vacunación y solo 82 enfermaron después de la introducción de la vacuna PCV7.