NUEVA YORK – Al mal tiempo, buena cara. Ese parece ser el lema de Starlin Castro, quien por segunda vez en su carrera está pasando por el trago amargo de verse cambiado de un equipo en su apogeo a uno en plan de reconstrucción.
El intermedista dominicano pasó a los Marlins en diciembre como parte del canje que envió al cañonero Giancarlo Stanton a los Yankees. Los nuevos dueños del equipo de Miami, un grupo encabezado por el ex ligamayorista Derek Jeter, desmantelaron gran parte del roster de los Peces con el fin de reducir la nómina del club.
Entonces, luego de formar parte de una escuadra de Nueva York que quedó a ley de una victoria de la Serie Mundial el año pasado y que empezó con marca de 31-13 esta temporada, Castro se encuentra ahora en un equipo sotanero que no aspira a dar la pelea en el 2018.
No es la primera vez que a Castro le sucede algo así. El quisqueyano hizo su debut de Grandes Ligas en el 2010 con los Cachorros, por quienes fue convocado a tres Juegos de Estrellas antes de ser cambiado los Yankees en diciembre del 2015. Chicago ganó la Serie Mundial en el 2016; los Bombarderos se encontraban en un período de transición en ese momento y no clasificaron para los playoffs.
Como lo hizo en aquel entonces, Castro se ha propuesto mantenerse positivo ante una circunstancia difícil en los Marlins.
“Pensé que nunca me iban a cambiar de Chicago”, dijo el oriundo de Monte Cristi, quien inició la jornada del miércoles bateando .295 con dos jonrones y 20 carreras producidas en 48 compromisos. “Luego fue un poco difícil cuando me cambiaron de los Yankees, pero al final ésas son cosas que uno no controla. Yo no controlo que me cambien.