NACIONES UNIDAS. El Consejo de Seguridad de la ONU analizó ayer a petición de Francia los últimos acontecimientos en Siria, pero pasó de puntillas sobre la ofensiva militar de Turquía contra el enclave kurdosirio de Afrín.
Los quince países se reunieron a puerta cerrada para incluir este tema en su agenda regular después de que París solicitase una reunión urgente y mientras el Ejército turco continuaba ayer sus ataques en la tercera jornada de la llamada “Operación Ramo de Olivo”.
Sin embargo, Francia -al menos en público- prefirió centrar la atención en la situación que se vive en Idleb y Guta Oriental, dos zonas controladas por la oposición siria y atacadas por las fuerzas del régimen.
“Cuando mencionamos la tragedia humanitaria y los riesgos de una reacción en cadena, creo que hay que poner en lo más alto la situación en Guta Oriental e Idleb”, dijo a los periodistas al término de la reunión el embajador francés, François Delattre.
Delattre insistió en que el deterioro en esas zonas “es inaceptable” y responsabilizó de ello en exclusiva al Gobierno de Bachar al Asad.
Según el embajador francés, la ONU confirma que en ambos casos se vive una “catástrofe humanitaria”, entre otras cosas debido a que en lo que va de año no ha llegado a esas zonas ningún convoy humanitario transfronterizo.
Delattre recalcó que todos los miembros del Consejo coinciden en la importancia de una negociación para poner fin al conflicto sirio, pero opinó que sin “crear condiciones” sobre el terreno, sin una “estabilización”, ese proceso es “ilusorio”.
EFE