DICEN PUNTO COM
SANTO DOMINGO. “Yo no puedo más, yo no tengo a nadie, yo estoy sola, no tengo a mi mamá ni a mi papá ni tengo a mi hija que es lo más importante en mi vida. Yo me hubiera querido ir y la embajada no me deportó”, se queja la venezolana que a principio de mes denunció que ocho dominicanos la violaron en el municipio de Licey al Medio, en Santiago.
La joven no solamente denuncia a las autoridades dominicanas sino también a los diplomáticos de su país que no la han socorrido.
“Co…venezuela es un país rico y yo estoy pasando trabajo con esta mier…”, dice llorando de impotencia ante la situación por la que atraviesa.
Explica que la fiscal que tiene su caso, la cual no identificó, la citó para las 2:00 de la tarde y que nunca llegó la persona con la que tenía que hablar que era su abogado.
Agrega que la representante del Ministerio Público le dijo que ya ellos tenían orden de arresto en contra de los hombres que la arrastraron a un solar baldío y que, además de violarla, la despojaron de todas sus pertenencias y la hirieron.
No obstante, dice que un amigo la llamó y le pasó el audio de uno de los acusados cuando describía cómo la violó y que la fiscal la cuestionó porque ella no tenía que meterse en la investigación.
“Y lo peor es que en mi país no hay justicia yo no puedo hacer justicia aquí porque en mi país no hay. Yo estoy aquí pasando trabajo por la culpa de la necesidad que hay en Venezuela”.
Indica que la embajada de su país le dice que debe comprar el pasaporte y pagar multas de migración sin tomar en cuenta de que ella no tiene recursos y no tiene a nadie en República Dominicana.
Asimismo, afirmó que trabajaba en el Gobierno venezolano y era chavista y que abandonó a sus amigos por defender a Maduro.
“Me estoy muriendo de hambre”, asegura, al indicar que unos cristianos le han ayudado con dinero pero tuvo que comprar medicinas y hacerse unos análisis.
La joven aspira viajar a Colombia donde dicen están sus padres.
