A pesar de que el agente portaba un chaleco antibalas y que le trasladaron a un hospital cercano inmediatamente después de lo ocurrido, murió a las 15.50 hora local (21:50 GMT).
El presunto asesino resultó herido de bala y está ingresado en un centro médico de la capital de Texas, Austin, situada a unos cincuenta kilómetros al nordeste de San Marcos.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, aseguró en su cuenta de Twitter que el sospechoso recibirá “justicia rápida”, horas después de que el policía falleciera.
“Texas llora la pérdida del agente de policía de San Marcos caído y pedimos justicia rápida para el asesino”, señaló el mandatario, que recordó que el pueblo “nunca olvidará los sacrificios de los agentes que ponen sus vidas en riesgo cada día para proteger y servir a nuestras comunidades.
Este es el segundo asesinato de un oficial en ese estado sureño en pocos días, ya que en Acción de Gracias, un policía del Departamento de Seguridad Pública (DPS, en sus siglas en inglés) de Texas, murió tras recibir un disparo en Fairfield, una localidad situada al sureste de Dallas.
Texas contempla la pena de muerte para los criminales condenados por asesinar a un agente de la ley. EFE