“Hombres con poder tienen listas con nombres de niños que morirán si no son evacuados pero no nos dan la luz verde para hacerlo”, denunció Egeland en rueda de prensa.
De estas 500 personas, 220 son mujeres y niñas, y 167 menores de edad, especificó el responsable, tras la reunión semanal del grupo de trabajo sobre acceso humanitario en Siria.
En dicho encuentro, Egeland insistió a los países con influencia sobre las partes a que hagan todo lo posible por permitir dichas evacuaciones.
“Nueve personas de ese grupo ya han muerto, y muchas más seguirán falleciendo si no se permiten las evacuaciones”, aseguró, agregando que “los hospitales en Damasco, que está a tan solo 40 minutos, están listos para recibirlos”.
“Los países en el grupo de trabajo (Rusia, Estados Unidos e Irán entre otros) dijeron que harían lo que estuviera en sus manos para lograrlo.
“Dijeron que harían de las evacuaciones una prioridad y que lograrán que se concreten”.
La región de Guta Oriental, en las afueras de Damasco, es el principal bastión de la oposición, y en las últimas tres semanas sufrió una escalada de la violencia que causó la muerte a mas de 150 personas.
Sin embargo, el pasado lunes se anunció un alto el fuego de 48 horas a partir del día 28, que si bien “logró reducir considerablemente la violencia, no permitió las evacuaciones”.
La tregua sí que permitió, no obstante, que un convoy de la ONU entregara comida a 7.000 personas de las 400.000 que residen en el área de Guta Oriental.
“La situación es catastrófica”, definió Egeland, y recordó que un 12 % de los niños menores de cinco años de esa región sufren de desnutrición grave, “lo que representa 6 veces más de lo que había al principio de 2017”.
Consultado sobre la posibilidad de que el cese el fuego se expanda, Egeland dijo que se alegraría si se ampliara pero recordó “que dos días no son suficientes para alimentar a 400.000 personas”.
El responsable humanitario destacó que Guta Oriental no es la única zona sitiada que existe en el país, y recordó que hay otras áreas donde la ONU no ha podido entrar desde hace meses, como Yarmuk, Frua y Kefraya.
“La situación es desesperada en muchos lugares. En Al-Hasakeh (noreste), por ejemplo, hay niños que en pleno invierno están descalzos”, denunció.