JERUSALÉN.- Israelíes y palestinos se preparan para recibir, posiblemente en las próximas semanas, la propuesta que debería llevar a lo que el presidente de EEUU, Donald Trump, ha calificado pomposamente de “ultimate deal” -pacto final-, en un momento en que ninguna de las partes parece preparada para un diálogo real.
“Todavía no hay nada presentado, pero dicen que será pronto”, señaló a Efe un alto cargo palestino que pidió anonimato y que precisó que no hay “ninguna esperanza” de que la iniciativa de la Casa Blanca vaya a acercar un acuerdo.
El analista del diario israelí “Haaretz” Yosi Verter afirmó esta semana que la propuesta de Washington “está en los estados finales de preparación y se prevé que sea entregada a las partes a principios de año”.
En el “Yediot Aharonot”, el columnista Ben-Dror Yemini, también aseguraba tras visitar Washington recientemente que los principales “think tanks” estadounidenses consideran que el texto “está a punto de tomar forma real” y será presentado “en las próximas semanas”, e insistía en que este no llevará a ninguna parte porque “los palestinos siempre dicen ‘no’”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se vio obligado a responder a lo que llamó “especulación sobre el plan diplomático del presidente Trump”, señalando que no va a pronunciarse sobre él, pero garantizó que su postura “se decidirá guiándose por los intereses de seguridad y nacionales del Estado de Israel”, como ya ha “clarificado a los amigos (norte)americanos”.
Según diversos medios, la propuesta estadounidense incluiría la creación de un Estado palestino independiente, aunque no necesariamente en las fronteras de 1967, como exigen los palestinos y la comunidad internacional, e iría acompañada de un importantes incentivos económicos de los países árabes, fundamentalmente de Arabia Saudí.
El digital “Middle East Eye” (“Ojo en Oriente Medio”) asegura citando a fuentes diplomáticas occidentales que el plan contempla reconocimiento de un Estado palestino que incluya Gaza y las Áreas A y B de Cisjordania, así como “parte” del Área C, hasta ahora bajo control israelí y donde están la mayoría de colonias judías.
Este plan contendría 10.000 millones de dólares de donaciones internacionales para apoyar la construcción del Estado y el retraso de la toma de decisión sobre Jerusalén -cuya parte oriental permanece ocupada desde 1967- y sobre el retorno de los refugiados que huyeron de la región tras el establecimiento de Israel.