Los aspirantes a la presidencia de Chile cerraron sus campañas en medio de un escenario electoral que ha sido un tanto particular.Entre otras cosas, la carrera estuvo marcada por el poco entusiasmo que los chilenos han mostrado durante las campañas, por el hecho de que el contendiente opositor —el expresidente Sebastián Piñera— cuenta con un inédito y férreo apoyo de todo su sector y por la decepción de los votantes, que podría llevar al país a sumarse a otros gobiernos latinoamericanos que se han desencantado con la izquierda y en años recientes han elegido gobernantes de derecha.
“Los gobiernos de izquierda no lograron cumplir lo que prometieron y estar a la altura de la expectativas que construyeron”, señaló el académico de la Universidad de Santiago, Marcelo Mella, sobre un posible triunfo de Piñera, un multimillonario de centroderecha que gobernó el país entre 2010 y 2014 y ha sido favorecido por el electorado según los sondeos.
“Los gobiernos de izquierda de América Latina se han ido y ha llegado la derecha precisamente por el fracaso de cumplir las reformas que comprometieron”, agregó Mella.
En Chile hay 14.4 millones de personas habilitadas para votar —incluyendo 40,000 que viven en el extranjero— y para ganar en primera vuelta se requiere 51% de los votos. De no alcanzarse un triunfador —como posiblemente ocurrirá, según indican hasta ahora todos los sondeos— se llevaría a cabo una segunda ronda el próximo 17 de diciembre y el ganador obtendría la victoria por mayoría simple.