Dos de los residentes murieron en Cayo Hueso, y los otros seis en otras partes del condado Monroe, mientras que otras 40 personas resultaron heridas.
Desde el medio día del lunes los cuerpos de socorro empezaron a recorrer casa por casa entre los escombros, una vez las empresas de obras públicas comenzaron a limpiar los primeros tramos de la autopista US1, la única que conecta la isla con el continente.
Los Cayos de Florida, donde el huracán arrasó con vientos de 133 millas por hora (215 kilómetros por hora) la madrugada del domingo, sufrieron uno de los peores impactos del huracán en Florida.
La primera víctima conocida en el condado de Monroe fue un hombre que falleció el pasado el día 9 después de que perdiera el control de la camioneta que conducía debido, supuestamente, a un golpe de viento.
A las víctimas de este condado, en el extremo sur de EE.UU., hay que sumar al menos los 12 fallecidos confirmados este martes por la Oficina del Gobernador de Florida, otro más en el condado de Miami-Dade y las seis personas fallecidas hoy en un asilo de ancianos de la ciudad de Hollywood, al norte de Miami.
La Policía realiza una “investigación criminal” del siniestro, que se produjo probablemente por inhalación de monóxido de carbono que emitía un generador eléctrico o por el calor registrado a raíz de la interrupción en el suministro de electricidad tras el paso de Irma.
A estas cifras de Florida hay que añadir las tres víctimas en Georgia y las cuatro en Carolina del Sur, por lo que el balance en Estados Unidos supera la treintena.
En los Cayos, Las áreas más afectadas son Cudjoe Key, donde Irma tocó tierra, y Big Pine Key.
Sin embargo, en la mayoría de las islas, el huracán arrasó con viviendas, negocios, embarcaciones y vehículos, y provocó graves inundaciones y la interrupción de los servicios de agua, energía, telefonía.
“Sabemos que muchas personas (que evacuaron) están preocupadas por sus parientes y amigos que se quedaron en los cayos durante el huracán Irma y ahora no pueden regresar”, dijo Clark.
El retorno de aquellos que evacuaron, un 85 % de la población, está restringido a los primeros cayos, al sur de Miami, a medida que las autoridades despejan y garantizan la seguridad en el viaducto y restablecen la prestación de servicios básicos, entre ellos, el suministro de combustible.
Sólo el 7 % de los residentes del extremo sur después del Puente de las Siete Millas que conecta con Cayo Hueso, el último de los islotes, cuentan actualmente con energía, según los Servicios de Energía de los Cayos.
Entre tanto, el Aeropuerto Internacional de Key West y el Aeropuerto Internacional de Florida Keys, en Marathon, están abiertos sólo para vuelos de emergencia.
Clark dijo que unos 2.000 miembros de la Guardia Nacional asisten en los cayos distribuyen alimentos y agua.