PUERTO PLATA. En un cuarto frío había decenas de peces loro y parte de un tiburón tigre congelados. Se conservaban en la pescadería El Diamante en el municipio Cabrera, cuyo propietario, Valerio Rodríguez, analizaba cómo se manejará ahora que el Ministerio de Medio Ambiente prohibió por dos años la pesca y comercialización del pez almacenado y del tiburón por tiempo indefinido.
“Yo no me opondría a que lo paren por dos años, pero pienso que debió haber sido como el lambí: tres meses (de veda) y vamos a pescar”, dijo Rodríguez.
Sentado en la pescadería, ubicada cerca de la concurrida playa Diamante, en la provincia María Trinidad Sánchez, Rodríguez recordaba que tiene casi 40 años en el negocio. Es un intermediario que genera empleos directos e indirectos con la compra de las especies capturadas por los trabajadores de barcos pesqueros y su reventa a supermercados y otros locales.
“Eso es lo que más traen los pescadores (pez loro). El pez loro tiene tanta demanda que se ha ido poniendo casi tan caro como un pez bueno; ya se está cotizando casi a 110 pesos (la libra)”, afirmó. El mero, de mejor categoría, está a unos RD$200 la libra.