BRUSELAS. Los líderes de la OTAN respaldaron ayer aumentar su papel en la lucha contra el terrorismo, en concreto contra el Estado Islámico (EI), así como ratificar su compromiso con elevar su gasto militar, dos exigencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que hoy se estrenó en una cumbre de la Alianza.
“Trump ha sido claro en su compromiso con la OTAN, pero también en el mensaje a los aliados de que deben incrementar su gasto en defensa. Fue directo en ese mensaje hoy”, indicó el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa al término de una cumbre extraordinaria para dar la bienvenida al nuevo mandatario estadounidense e inaugurar el nuevo cuartel general.
Ésta fue la primera toma de contacto de Trump con los líderes de una Alianza, que llegó a calificar de “obsoleta” durante su campaña electoral.
En un discurso en el que presentó una pieza del World Trade Center atacado en el 11-S, que se exhibirá en la nueva sede, el mandatario lamentó que 23 de los 28 aliados aún no paguen “lo que deberían estar pagando” en gasto militar, y evitó hacer un respaldo expreso al principio de defensa colectiva, piedra angular de la Alianza.
La crítica iba dirigida especialmente a Canadá y a la mayoría de aliados europeos, los cuales invirtieron el 1,47 % de su PIB en gasto militar en 2016, según estimaciones de la OTAN, aunque el conjunto de sus miembros aumentó el presupuesto en Defensa un 3,8 %.
Ayer, los jefes de Estado y de Gobierno se mostraron conformes en reforzar su compromiso con la promesa de 2014 de llegar a la meta de inversión del 2 % del PIB en Defensa en una década.
Para ello, elaborarán planes anuales en los que detallarán cómo llegar a ese objetivo -sin adelantarlo-, de los que presentarán en diciembre una primera tanda.
Según cifras de la Alianza, España fue en 2016 el segundo país que menos invirtió en Defensa, un 0,90 % de su PIB, lo que contrasta con su alta participación en misiones aliadas.
Deberán informar no sólo de sus presupuestos militares, sino también de sus planes de participación o sus contribuciones a las operaciones de la OTAN.
Por otra parte, los aliados también aceptaron que la OTAN pase a ser miembro de la coalición que encabeza EE.UU. contra el EI en Irak Siria -hasta ahora ya formaban parte de ella los 28 aliados, pero de forma bilateral-, algo ante lo que habían mostrado reticencias hasta
ahora.
Stoltenberg precisó, en cualquier caso, que la Alianza no tendrá dentro de esta coalición ningún papel de “combate”.
En paralelo, los líderes aprobaron que la Alianza aumente su apoyo práctico a la coalición: el avión de vigilancia Awacs propiedad de la OTAN que ya le ofrece información desde el aire incrementará sus horas de vuelo, les reabastecerán en vuelo y compartirán más información.
Como parte también del plan para reforzar sus actividades contra el terrorismo, la OTAN creará una célula de inteligencia que estará situada en su cuartel general para compartir información, entre otros asuntos, sobre combatientes extranjeros, y nombrará a un coordinador especial antiterrorista.
Además, abogaron por reforzar la misión de asistencia a las fuerzas afganas y varios aliados propusieron hoy nuevas aportaciones de cara a adoptar decisiones “en los próximos meses”.