BRASILIA. El presidente brasileño Michel Temer se aferró este jueves a su cargo pese a las graves acusaciones de corrupción surgidas en su contra y a la erosión de su base aliada, que ya impulsó la primera baja en su gabinete: la del ministro de Cultura.
“No renunciaré. Repito, no renunciaré”, proclamó el mandatario en un mensaje televisado a la nación declarándose inocente, después que el Supremo Tribunal Federal (STF) decidiera abrir una investigación sobre los señalamientos surgidos la víspera.
Temer fue grabado secretamente por el empresario Joesly Batista, dueño de la mayor empresa cárnica del mundo (JBS), en una reunión donde se hablaba del pago de sobornos al expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, en prisión en el marco de la operación ‘Lava Jato’.
La grabación fue entregada al STF como parte de la declaración premiada de Batista y, esta tarde, fue divulgada públicamente.
En el audio Temer le pide “cuidado” al empresario para no cometer “obstrucción de justicia” en sus contactos con uno de sus exministros investigados en la ‘Lava Jato’, que aparentemente estaba presente en el pago de sobornos, y cuando Batista le dice que está “de buenas” con Cunha, se escucha al presidente añadir: “Tienes que mantener eso, ¿ok?”.
Temer, con una popularidad bajo mínimos, aseguró que nunca autorizó el pago de sobornos ni compró “el silencio de nadie” y reivindicó “el optimismo” generado por su gestión, que pretende sacar a Brasil de la peor recesión de su historia mediante recetas de austeridad.
De hecho, exigió al STF una investigación “plena y muy rápida” para probar su inocencia.
Mientras los partidos que apoyan su gobierno estudian si le mantienen el apoyo, el ministro de Cultura, Roberto Freire, del Partido Popular Socialista (PPS), renunció a su cargo ante “la inestabilidad política” y volverá a ocupar su banca en la Cámara de Diputados.
Entretanto, ocho legisladores ya presentaron pedidos de ‘impeachment’ y varios partidos, incluyendo algunos que votaron por la destitución de Rousseff, se aprestan a pedir el mismo tratamiento contra Temer, que se propone entregar el mando a quien gane las presidenciales de octubre de 2018.
“¡Directas ya!”
Pero en las calles, miles de personas marcharon este jueves en Brasilia, Sao Paulo y Rio al grito de “¡Fora Temer!” y también de elecciones “¡Directas ya!”, una consigna que movilizó masivamente a los brasileños al finalizar la dictadura militar (1964-1985).
“Creo que deben haber elecciones directas ya. Es muy duro, porque Brasil necesita mejorar en varios aspectos, pero la única medida razonable es que la gente elija a un nuevo presidente”, dijo a la AFP Patricia Zerbinato, una productora de cine de 44 años, que se manifestaba en Rio.
Al final de las concentraciones en Rio y en Brasilia, policías y manifestantes chocaron y crearon situaciones de caos en esas ciudades. Los manifestantes lanzaban piedras y los agentes respondían con gases lacrimógenos y bombas de estruendo.
El futuro de Temer
La agitación judicial, política, social y económica genera todo tipo de especulaciones sobre el desenlace de esta crisis fulgurante.
Aunque Temer anunció que no dimitirá, muchos se preguntan qué podría pasar en caso de que el STF decidiera condenarlo y lo hiciera más rápidamente de lo esperado o de que el mandatario sufriera un ‘impeachment’ como el que Cunha y él impulsaron un año atrás.
La Constitución prevé que en caso de vacío en la Presidencia durante la segunda mitad de un mandato, el Congreso elija un nombre para completarlo. Una perspectiva preocupante, dado el elevado número de legisladores bajo sospecha de corrupción. Existen interpretaciones y propuestas también que permitirían adelantar los comicios.
EFE