Roma, 28 abr (EFE).- La ONU solo puede asistir a 8,4 de los 30 millones de personas que sufren grave inseguridad alimentaria y están al borde de la hambruna o sufriéndola en Sudán del Sur, el noreste de Nigeria, Somalia y el Yemen.
El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, denunció hoy durante un acto en Roma que solo pueden acceder a esa pequeña parte de la población que necesita ayuda urgente en esos cuatro países, escenario de las “peores crisis humanitarias desde la Segunda Guerra Mundial”.
Beasley participó por videoconferencia para reclamar más fondos ya que solo han recibido un 20 % de los 2.800 millones de dólares que requieren este año para proporcionar alimentos a los más vulnerables y evitar las muertes por inanición.
“Están muriendo niños cada seis o diez minutos porque no estamos haciendo el trabajo en estos conflictos creados por el hombre”, apuntó el director ejecutivo, que dijo que están preparados para ofrecer asistencia inmediata a 17 millones de personas aunque para eso “requieren los recursos”.
El director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, recordó que la hambruna ya se ha declarado en varias zonas de Sudán del Sur, donde 100.000 personas la están padeciendo, y puede suceder lo mismo en Somalia, Nigeria y el Yemen “si no se actúa en las próximas semanas”.
De los 30 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria severa en esos cuatro países, la ONU estima que 20 millones están al borde de la hambruna o ya la sufren. El 80 % de la población en riesgo depende de las actividades rurales.
Por países, 17 millones están pasando hambre en el Yemen, 5,5 millones en Sudán del Sur, 5,2 en el noreste de Nigeria y 2,9 millones en Somalia, donde además de los enfrentamientos armados están influyendo otros factores como la sequía.
Da Silva comentó que esa situación contrasta con el compromiso mostrado por los países en septiembre de 2015 para erradicar el hambre en el mundo, cuando firmaron la agenda de desarrollo sostenible para 2030.
El responsable de la FAO afirmó que incluso en contextos de violencia se puede ayudar a las personas “proporcionándoles alimentos y protección, y restaurando sus medios de vida” para evitar que tengan que emigrar por la fuerza.
Puso de ejemplo el kit de semillas, fertilizantes y otros insumos que la agencia está distribuyendo en la cuenca del lago Chad y que, por solo diez dólares por persona, permite a las familias cultivar sus propios alimentos y vender lo que les sobre para ahorrar algo de dinero.
Da Silva llamó a coordinar la respuesta de la ONU e insistió en la necesidad facilitar el acceso a la poblaciones aisladas y de recibir más recursos después de que en 2016 la FAO solo pudiera cubrir el 23 % de sus fondos destinados a la ayuda agrícola de emergencia. EFE