Caracas, Venezuela .- El Instituto Casla, organización con sede en Praga dedicada a promover la democracia y los derechos humanos en América Latina, pidió ayer que las autoridades españolas abran una investigación formal de las torturas sufridas en 2014 por tres jóvenes con nacionalidad española a manos del régimen chavista de Venezuela.
Forman parte de la lista de más de 600 casos en unos 60 incidentes que ha recopilado esta institución en una denuncia que presentó el 27 de julio de 2016 ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya. En ella se detallan los métodos empleados en los últimos 17 años por parte de todos los organismos de seguridad del Estado para “castigar, intimidar y reprimir sistemáticamente a la población civil”. Con estas prácticas buscan, según el instituto Casla, “conseguir testimonios falsos bajo tortura y usarlos para implicar a adversarios del gobierno en hechos ilícitos, mediante la ejecución del terror, al principio de forma selectiva, torturando a personas representativas del sector militar, del sector intelectual y político, para luego ser aplicadas de forma masiva, sin distinción de edad, sexo, condición física o mental, en niños, estudiantes, líderes juveniles, mujeres, hombres, personas de tercera edad e incapacitados.
Descargas eléctricas y violación
Uno de los españoles torturados, según el instituto Casla, es un joven detenido en Caracas en 2014 con 21 años que recibió por parte del Sebin ( Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) descargas eléctricas «en todas las partes del cuerpo, una y otra vez», explica a ABC su propia madre.
Como a otros detenidos junto a él, se le envolvió la cabeza con bolsas de plástico rociadas con insecticida y gasolina y se la introdujeron en cubos de agua «hasta que prácticamente no podía respirar y desfallecía», continúa. Asimismo, asegura que los arrestados fueron encerrados en grupos de más de siete personas en celdas de 1×1 ó 1×2 metros, sin baño y a oscuras, y «los ponían escuchar cómo torturaban a cada uno de sus compañeros». Fueron atados, golpeados con bates y torturados psicológicamente, asegurándoles que se había violado o matado a sus familiares, agrega. «Y eso fue constante, las 24 horas, sin poder dormir ni comer», señala la madre. Pero los padecimientos del joven y de sus allegados no habría quedado ahí, sino que al denunciar lo sucedido empezó una “persecución constante”, con las fuerzas de seguridad presentándose constantemente en la casa.
Otro joven de 20 años detenido en Caracas hace tres años recibió por parte del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), según la denuncia del Centro de Estudios y Análisis para América Latina (Casla), «golpes con objetos contundentes en todo el cuerpo», «descargas eléctricas», así como «bañado con gasolina» y «amenazado con quemarlo o matarlo en varias oportunidades». También fue esposado de rodillas durante horas, «pisándole y brincándole los pies».
El tercer español víctima de la brutal violencia de Maduro es Juan Manuel Carrasco, que contaba 21 años cuando denunció en 2014 haber sido violado por un agente de la Guardia Nacional Bolivariana con el cañón de un fusil. Este joven hispanovenezolano había sido detenido de noche en la urbanización El Trigal de Valencia, capital del estado Carabobo, durante un enfrentamiento entre manifestantes y militares. Según la denuncia ante el Tribunal de La Haya, también fue golpeado brutalmente, amenazado varias veces de muerto y amedrentado con perros.
Fuente: Abc.es