Melbourne, 28 ene (EFE).- Este domingo dos hombres saltarán a la Rod Laver Arena dispuestos a dar una nueva prueba de superación en la final del Abierto de Australia, convencidos de que a pesar de haber superado la treintena aún tienen algo que decir en el mundo del tenis: el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer.
Cuando se están buscando ya sustitutos para jubilarles, a ellos y al británico Andy Murray y al serbio Novak Djokovic, surgen de nuevo dos tenistas capaces de asombrar todavía y demostrar que no están enterrados, sino todo lo contrario, porque ante el empuje de los jóvenes han sabido mejorar su tenis, para adaptarlo a la velocidad y la fuerza de ahora.
“Hay una nueva generación que está ahí y es muy buena pero en este torneo no ha estado”, señaló Nadal al referirse a los jóvenes que apuntan al relevo. De todos ellos, el alemán de origen ruso Alexander Zverev, de 19 años, es el único que ha alcanzado los cuartos de final del primer grande del año, para caer precisamente con el español.
El mérito de los dos finalistas es que aún teniendo Rafa, 30 años, y Federer, 35, ambos han llegado a la final sin vitola de grandes favoritos, regresando al circuito ambos a principios de este mes tras sus respectivas lesiones.
El español, tras recuperarse de una en la muñeca que le tuvo apartado desde el Masters 1.000 de Shanghai, casi dos meses y medio, y Federer, después de caer en Wimbledon, en julio, casi seis meses más tarde. De ahí la frase de Rafa: “será especial para los dos”, y la de Roger: “hace muy poco estábamos los dos solo para jugar partidos de caridad”.
Esta es la grandeza de ambos, y al final, el estadounidense Andy Roddick se salió con la suya, al ser el único que defendió que una final entre estos dos jugadores sería histórica, y “posiblemente la mejor de la historia”. Se demostrará este domingo, aunque los precedentes, su rivalidad, y diferentes estilos de juego, así lo auguran.
“Rafa demostró hoy quién es Rafa”, sintetizó Dimitrov ante el descomunal despliegue mental y físico de su verdugo en la semifinal. “Federer vuela sobre la pista, es capaz de hacer todo lo que se le antoje”, apostilló por su parte Stan Wawrinka sobre el hombre que le decapitó en la penúltima ronda.
Históricamente, Nadal domina a Federer con 23 victorias por 11 derrotas, y jamás ha perdido con él en este torneo, imponiéndose al suizo las tres veces que se han medido en Melbourne Park: en la final del 2009 (7-5, 3-6, 7-6(3) 3-6 y 6-2) y en las semifinales de 2012 (67(5), 6-2, 7-6(5) y 6-4) y en la del 2014 (7-6(4) 6-3 y 6-3).
“Es un partido muy especial, bonito, y me alegro de que los dos podamos competir el uno contra el otro en un escenario como este”, avanzó Nadal sobre el duelo. “Significa mucho para los dos, y más viniendo los dos de donde venimos”, observó, para recordar como se trata de una cita que reivindica el esfuerzo realizado por ambos.
“Es un partido más para nuestra historia, dentro de la rivalidad, y la historia reciente de nuestro deporte, de los más especiales que se han vivido”, añadió, “y hay que estar agradecidos a la vida por habernos dado otra oportunidad de estar aquí”.
Federer respeta a Nadal, no solo porque el español le ha ganado más veces, sino porque su resurgir tras las lesiones, le ha inspirado para alargar su carrera. “Soy el fan número uno de Rafa”, dijo el suizo tras ganar a Wawrinka.
“Estoy en la final y ahora sé que tengo la oportunidad de ganar el domingo, y estoy en una buena posición para hacerlo, independientemente de quien sea”, dijo Roger antes de conocer quién sería el adversario.
“Será especial, contra quien sea, porque uno irá por su primer Slam (Dimitrov), y si no, habrá una épica batalla con Rafa”, aseguró el suizo.
Federer calificó a Nadal de “jugador increíble”, con golpes que “nadie más tiene”, y que es capaz “de regresar después de muchas lesiones” por lo que le profesa ese profundo respeto del que presume.
“Cuando uno tiene eso, eres único y especial. Además (Nadal) tiene la habilidad mental y física para mantener un súper gran nivel de juego durante horas, semanas y años. Lo ha demostrado una y otra vez”, dijo el considerado mejor jugador en la historia.
El domingo el mundo conocerá al nuevo campeón y en cualquier caso, el que venza habrá escrito una nueva página para aumentar la leyenda. EFE.
Por Miguel Luengo