Los resultados de una investigación reciente sugieren que el ejercicio mejora nuestra memoria de corto plazo.
En dos experimentos, el equipo del Dr. David Marchant, de la Universidad de Edge Hill en Lancashire, Reino Unido, entregó a sujetos de estudio sanos y con estilo de vida activo listas de palabras para memorizar, ya fuera antes o después de una sesión de ejercicio físico, o antes o después de un período de descanso. La sesión de ejercicio físico consistió en 30 minutos de pedalear en bicicleta con una intensidad moderada.
Los resultados mostraron que, si se trataba de recordar las palabras inmediatamente después de aprenderlas, realizar ejercicio físico antes de aprender producía los mejores resultados, en comparación con haber descansado. Cuando se les pedía a los sujetos de estudio que esperaran 30 minutos entre aprender y realizar la prueba de recordar, ejercitarse antes o después del aprendizaje era mejor que descansar, obteniéndose los mejores resultados cuando los participantes se habían ejercitado tras aprender las palabras.
Los resultados de este estudio sugieren que un episodio agudo de ejercicio aeróbico mejora nuestra memoria de corto plazo. A los sujetos de estudio, ejercitarse antes de aprender les ayudó a obtener un recuerdo inmediato. Pero cuando tenían que esperar para recordar las palabras, se desempeñaban mejor cuando se ejercitaban tras haberse aprendido las listas. Esta mejora de la memoria no surgió a costa de equivocarse más cuando recordaban.