ESTADOS UNIDOS (ap). Durante los últimos ocho años, la doctrina de política exterior del presidente Barack Obama se basó en la creencia de que si bien Estados Unidos tiene la capacidad de actuar en el mundo por sí mismo debería hacerlo raras veces, pero esto podría cambiar con Donald Trump.
“El multilateralismo regula la arrogancia”, declaró Obama alguna vez.
Sin embargo, Trump ha ridiculizado varias de las alianzas internacionales que promovieron Obama y sus predecesores recientes, elevando la perspectiva de que la política exterior del magnate sea la de un gobierno más dispuesto a actuar unilateralmente.
“Naciones Unidas tiene un gran potencial, pero en este momento es solo un club para que varias personas se reúnan, hablen y se diviertan”, tuiteó Trump unos días después de que el Consejo de Seguridad aprobó una resolución que condenó los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Oriental.
Tanto Israel como Trump pidieron que Estados Unidos recurriera a su poder de veto para bloquear la iniciativa, pero el gobierno de Obama se abstuvo.
Algunos republicanos han compartido las críticas de Trump a la ONU, entre ellos varios legisladores que han pedido al Congreso que tras la votación sobre los asentamientos retenga los fondos destinados al organismo internacional.
Otras posiciones de Trump han provocado el rechazo rápido de los republicanos, especialmente sus críticas a la OTAN durante la campaña presidencial y su sugerencia de que Estados Unidos podrían abstenerse de defender a aquellos socios que no cumplan sus obligaciones financieras con la alianza militar occidental.
En su agenda económica, Trump también ha impugnado la necesidad del multilateralismo. Prometió desechar el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) de 12 naciones en favor de acuerdos bilaterales que, según él, serían más favorables para los negocios y los trabajadores estadounidenses.
Faltan tres semanas para que Trump tome posesión y no está claro aún cómo se concretará su retórica de campaña. A pesar de que ha criticado a la ONU y a la OTAN, ha prometido “buscar activamente operaciones militares conjuntas” con países aliados a fin de derrotar al grupo Estado Islámico.
Es incierto lo que pueden significar esas operaciones militares, dado que las opiniones de Trump sobre seguridad nacional han sido tanto aislacionistas como inclinadas al uso de la fuerza, como su reciente llamado a ampliar la capacidad nuclear de Estados Unidos.
Richard Grenell, que fungió como representante de Estados Unidos ante la ONU durante el gobierno del presidente George W. Bush y que ha estado trabajando con el equipo de transición de Trump, minimizó la perspectiva de que él se retire o subestime a la ONU y a la OTAN una vez que tome posesión.
“Trump está hablando de reformar estas organizaciones para que estén a la altura de sus ideales, no de abandonarlas”, aseguró Grenell en una entrevista.
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