Washington .- Los legisladores republicanos pretenden impulsar el año entrante una reforma de gran escala al sistema tributario en Estados Unidos, una medida de fuerte carga política que podría terminar afectando a las familias de todos los niveles económicos y a las empresas de todos los tamaños.
El propósito es simplificar un complicado código fiscal que recompensa a los ricos que tienen contadores astutos y a las corporaciones que pueden trasladar con facilidad sus ganancias –y empleos– al exterior. No será una empresa fácil y la anterior ocasión que se efectuó fue hace 30 años.
El líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, de Kentucky, y el presidente de esa instancia, su correligionario Paul Ryan, de Wisconsin, anunciaron que buscarán aprobar un plan tributario que no aumente el déficit fiscal. El término para este efecto en Washington es “recaudación neutral”.
Lo anterior implica que por cada reducción contemplada en un impuesto tiene que haber un aumento en otro, lo cual crea ganadores y perdedores. Los legisladores tendrán cierto margen de maniobra si los analistas legislativos independientes a los partidos proyectan que una reducción fiscal podría contribuir al crecimiento económico, al incrementar los ingresos sin aumentar los impuestos.
Sin embargo, para la aprobación de un plan tributario de gran escala se necesitará algunos votos difíciles políticamente.
Algunos senadores republicanos importantes quieren compartir el riesgo político con los demócratas. Afirman que una reforma tributaria debe tener el apoyo bipartidista para que la acepte el público. Estos legisladores señalaron la ley de salud del presidente Barack Obama –aprobada en 2010 sin ningún voto republicano– como una iniciativa política importante que continúa causando divisiones. Demócratas participarían en reforma.
Fuente: AP