A través de una pequeña pantalla, las gafas de datos presentan al ojo información o imágenes que se reciben usando un radioenlace instalado en la montura. La gran ventaja: con ellas, las manos de quien las lleva quedan libres, a diferencia de lo que sucede con un teléfono inteligente, que debe ser sostenido con una mano.
Esto podría ser interesante para los mecánicos. Pueden mirar las instrucciones de ensamblaje y los planos de construcción a través de las gafas de datos, manteniendo sus manos sobre las herramientas.
Estas gafas también están siendo cada vez más atractivas para los atletas. Los ciclistas de montaña, por ejemplo, pueden seguir flechas de circulación proyectadas a medida que viajan por el campo, pudiendo al mismo tiempo mantener sus manos en el manillar, mientras el teléfono inteligente con el GPS se queda en el bolsillo.
A pesar de tales beneficios, las gafas de datos aún no han dado el gran paso adelante. El problema: las pantallas gastan demasiada carga de batería porque las imágenes de video requieren un extenso procesamiento de datos. En la mayoría de los casos, en apenas una hora la batería queda agotada. Lo que es más, los microprocesadores se calientan muy rápido. La montura de las gafas se calienta también, lo que es desagradable en el área sensible alrededor de la sien.
Unos ingenieros del Instituto Fraunhofer para la Electrónica Orgánica, los Rayos de Electrones y la Tecnología de Plasma, en Dresde, Alemania, han desarrollado una pantalla de bajo consumo para gafas de datos que reduce dicho consumo a una fracción del de los sistemas convencionales, y sin que ello implique una problemática disminución de brillo.
El ahorro de energía es considerable: mientras que las gafas de datos ordinarias precisan 200 milivatios, las nuevas desarrolladas por el equipo de Philipp Wartenberg tienen suficiente con 2 o 3 milivatios, cerca de una centésima parte de la cantidad original. A pesar de todo, siguen siendo lo bastante brillantes, gracias en parte a valerse de tecnología OLED.