Estados Unidos .- Para Oleg Guimaoutdinov, de 12 años de edad, aprender a programar computadoras en la Rusia soviética significó por mucho tiempo simplemente leer libros. La mayoría de sus compañeros de clase se aburrían de tanta teoría, y terminaron abandonando los estudios.
Sin embargo, Oleg no se rindió. Estaba obsesionado con las computadoras y ansioso por la era de las máquinas. Así que él y unos pocos compañeros persistieron.
Para esa época (inicios de la década de 1980), las computadoras se concentraban en universidades y empresas, no en las escuelas. A pesar de ello, Oleg y sus amigos se las arreglaron para que los dejaran practicar en los terminales, muchos de los cuales eran copias de modelos estadounidenses.
Entre esos burdos teclados y monitores estaba el inicio de algo especial: los primeros intentos para desarrollar una internet que potenciara notablemente la economía soviética.
Internet -1.0
Durante décadas, un puñado de investigadores suplicó a funcionarios gubernamentales para que los dejaran construir una red de computadoras, con la idea de conectar miles de terminales alrededor de la Unión Soviética.
Ese sistema desafiaría a la red que ya desarrollaban en Estados Unidos y Europa occidental, la cual terminaría por convertirse en la internet de hoy.
“Hablamos de Internet -1.0”, dice Ben Peters, investigador de la Universidad de Tulsa (EE.UU.). “Se trataba de una red de computadoras que operaría en tiempo real, en forma descentralizada y jerárquica, diseñada para manejar toda la información que controlaba a la economía”.
Sin embargo, el proyecto soviético -conocido como OGAS- nunca se completó.
La internet soviética fue creación de Viktor Glushkov, uno de los fundadores de la cibernética. Su proyecto estaba inspirado parcialmente en los trabajos de un pionero entusiasta de las redes llamado Anatoly Kitov. Kitov fue de los primeros en soñar con establecer una red a lo largo de la Unión Soviética, en 1959.
Pero desde que Kitov envió la primera carta describiendo su propuesta al entonces líder de la nación, Nikita Krushchev, se hizo evidente que desarrollar un sistema como ese no iba a ser fácil. De hecho, los obstáculos tecnológicos iban a ser lo de menos.
“Vale la pena recordar que la Unión Soviética tuvo una red de computadoras a lo largo de todo ese período, pero era de uso exclusivo para el sector militar”, comenta Peters. Pensar en un sistema desarrollado para civiles, y que además pudiera influir en la economía, era algo realmente complicado.
Glushkov comenzó a trabajar en OGAS a principios de la década de 1960. En teoría, cualquiera que tuviese un empleo en la Unión Soviética tendría una razón para conectarse a la red. Por ello, lo primero que se necesitaba era recolectar información sobre todo lo que ocurría en el país, desde la fuerza laboral, hasta niveles de producción, pasando por el mercado.
Viktor Glushkov, pionero de la cibernética rusa
Viktor Glushkov, pionero de la cibernética rusa. Foto: Gentileza Uacomputing.com
Una década más tarde Glushkov había detallado el alcance de su propuesta, y se encontraba listo para plantearla al más alto nivel del gobierno. Cuando la idea fue debatida por los líderes del Partido Comunista, el ministro de finanzas del momento se opuso abiertamente. En su opinión, las máquinas ya eran utilizadas para prender y apagar las luces en gallineros, así que no había necesidad de una red nacional que las conectara.
En los pasillos se rumoreaba que detrás de la rotunda negativa del ministro estaba su preocupación por el posible efecto que OGAS tendría sobre el balance de poder entre su ministerio y la Agencia Central de Estadística.
Y, a pesar de lograr apoyo de ciertos funcionarios, la propuesta de Glushkov fue rechazada. No obstante, su idea no murió ahí. Viktor siguió batallando para lograr su aprobación por otros 12 años.
Fuente: Lanacion.com