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PARÍS, 12 nov (EFE).- El expresidente francés Nicolas Sarkozy, candidato en las primarias de la derecha y del centro para intentar volver al Elíseo, asegura que si tuviera algo que reprocharse judicialmente no concurriría para un nuevo mandato.
En una entrevista publicada hoy por “Le Parisien”, Sarkozy se queja de ensañamiento de la justicia, y dice que “ningún francés” ha sido objeto de tantas investigaciones como él.
Preguntado sobre si se puede hacer campaña con serenidad cuando, como es su caso, está imputado en dos sumarios y uno de ellos puede traducirse próximamente en la decisión de llevarlo a juicio, su respuesta es que “mientras no se está condenado, se es presunto inocente”.
“Si tuviera algo que reprocharme, no sería candidato”, subraya el político conservador, después de haber argumentado su posición sobre la acusación que puede interferir de forma más inminente.
Se trata de la referida a su presunta implicación en el sumario conocido como Bygmalion por la financiación irregular de su campaña de 2012, cuando perdió las elecciones al término de sus cinco años de presidente frente al socialista François Hollande.
Recuerda que el Consejo Constitucional estableció en 2013 que había superado el límite de gasto, y que pagó por eso 340.000 euros, y añade que “en un Estado de derecho, cuando se es sancionado una vez, no se puede serlo una segunda”.
Sarkozy aparece en las encuestas sobre las primarias, que se celebran a dos vueltas los próximos 20 y 27 de este mes, en segunda posición lejos detrás del favorito, el exprimer ministro Alain Juppé.
En la entrevista descalifica que se diga que se ha embarcado en una deriva derechista -“no me reconozco en ningún caso en esa presentación caricaturesca”- y dice que la prueba es que, como nadie, recibe ataques continuos de la presidenta del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen.
Además, considera que no se pueden calificar de derechistas propuestas que hace como la de favorecer que se hagan horas extraordinarias o la prohibición del ‘burkini’ en las playas, que a su juicio es una forma de “defender la igualdad entre hombres y mujeres”.
En cualquier caso, reitera algunas líneas de su programa como el endurecimiento de las penas contra los delincuentes reincidentes (deberían aumentar automáticamente un 25 % con la cuarta condena, un 50 % con la quinta y un 100 % con la sexta) o la imposición del servicio militar a los jóvenes de 18 a 25 años que ni trabajan ni están haciendo ninguna formación.
