Nuestro correo electrónico contiene gran cantidad de información personal. Por eso, al igual que ocurre con nuestras redes sociales, es especialmente peligroso que personas ajenas a nosotros puedan tener acceso a él.
Para ello debes acceder a la web de Hotmail o Outlook desde el explorador que uses habitualmente. En la franja azul ubicada la parte superior de la pantalla debe aparecer una opción titulada ‘Seguridad y Privacidad’. Haz click en ella, y busca en el menú ‘Ver mi actividad reciente’. El sistema te solicitará que vuelvas a iniciar sesión en tu cuenta para confirmar que eres tú, por lo que deberás introducir tu contraseña de nuevo. Una vez realizado, el sistema mandará un código a tu cuenta de correo alternativa por motivos de seguridad, y deberás copiarlo en el recuadro correspondiente.
Aparecerán entonces las conexiones realizadas en la pantalla, y ahí podrás confirmar que no haya ninguna que te resulte extraña. Si encuentras alguna que no reconozcas, lo mejor es que la cierres y cambies la contraseña por si las moscas, como dice el dicho: siempre es mejor prevenir que curar.