Los primeros modelos de BlackBerry popularizaron, sobre todo en Estados Unidos, el uso del correo electrónico e Internet en la palma de la mano. Fueron la evolución generacional de las agendas electrónicas, pero con todo el poder de una conexión a la Red independiente. Sin embargo, la llegada del iPhone y la pantalla táctil, junto con la complicada configuración de los servicios de red, conllevó que los usuarios miraran hacia otro lado y dejaran de lado el sistema operativo de la compañía.
La compañía canadiense no ha arrojado la toalla de manera definitiva a pesar de todo. Los teléfonos BlackBerry seguirán existiendo en el futuro con la fabricación de nuevos modelos por parte de terceras partes. Alcatel será el primer fabricante en ensamblar una nueva BlackBerry y Android será el sistema operativo instalado en el dispositivo.
Mientras terceros realizan nuevos teléfonos, los norteamericanos se centrarán única y exclusivamente en mejorar el software que incluirá en el teléfono de Alcatel, el DTEK50. “Estamos llegando a un punto de inflexión en nuestra estrategia”, comenta el consejero delegado de BlackBerry, John Chen. “Nuestra base financiera es fuerte y nuestro soporte en el software se está consolidando”.
La nueva estrategia llega con el anuncio de nuevas pérdidas en los resultados financieros. BlackBerry ha anunciado un total de ingresos de 297 millones de euros, una caída del 32 % con respecto al año anterior. Las pérdidas se sitúan en 331 millones de euros.