Las naranjas y otras frutas cítricas contienen muchas vitaminas y sustancias, como los antioxidantes, que pueden ayudar a mantenernos sanos. Ahora un grupo de investigadores anuncia que estas frutas también ayudan a prevenir algunas enfermedades que a menudo son consecuencia de la obesidad.
Los resultados de la investigación llevada a cabo por el equipo de Paula S. Ferreira y Thais B. Cesar, de la Universidad Estatal Paulista en Brasil, sugieren que en el futuro podremos usar flavanonas (una clase de antioxidantes) de cítricos para prevenir o retrasar enfermedades crónicas causadas por la obesidad en humanos.
En países como Estados Unidos, más de una tercera parte de todos los adultos son obesos. Ser obeso aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas, del hígado y diabetes, muy probablemente debido al estrés oxidativo y la inflamación. Cuando los humanos consumimos una dieta demasiado alta en grasas, las acumulamos en nuestros cuerpos. Las células adiposas producen excesivas sustancias de oxígeno reactivas que pueden dañar a las células en un proceso llamado estrés oxidativo. El cuerpo puede normalmente luchar contra dichas moléculas con antioxidantes. Pero los pacientes obesos tienen células adiposas muy grandes, lo que puede llevar a niveles aún mayores de sustancias de oxígeno reactivas que superan la capacidad del cuerpo de contrarrestarlas.
La fruta cítrica contiene grandes cantidades de antioxidantes, una clase de los cuales son las flavanonas. Estudios anteriores vinculan las flavanonas de cítricos a un descenso del estrés oxidativo in vitro y en modelos animales. Los autores del nuevo estudio querían observar los efectos de las flavanonas de cítricos por vez primera en ratones sin modificaciones genéticas y alimentados con una dieta rica en grasas.
El equipo de la Universidad Estatal Paulista (UNESP) llevó a cabo un experimento con 50 ratones, tratándolos con flavanonas presentes en naranjas, limas y limones. Las flavanonas que eligieron fueron la hesperidina, la eriocitrina y el eriodictiol. Durante un mes, los científicos dieron a diversos grupos una dieta estándar, una dieta alta en grasas, una dieta alta en grasas más hesperidina, una dieta alta en grasas más eriocitrina o una dieta alta en grasas más eriodictiol.
La dieta alta en grasas sin flavanonas aumentó los niveles de marcadores de daño celular en un 80 por ciento en la sangre, y un 57 por ciento en el hígado, con respecto a los niveles de marcadores de los ratones alimentados con la dieta estándar. Pero la hesperidina, la eriocitrina y el eriodictiol redujeron esos niveles de marcadores en el hígado en un 50 por ciento, un 57 por ciento y un 64 por ciento, respectivamente, respecto a los niveles de marcadores de los ratones alimentados con la dieta alta en grasas pero sin flavanonas.
La eriocitrina y el eriodictiol también disminuyeron los niveles de marcadores en la sangre en un 48 y en un 47 por ciento, respectivamente, en estos ratones. Además, los ratones tratados con hesperidina y eriodictiol experimentaron una reducción de la acumulación de grasa y de los daños en el hígado.
Esta investigación no indica ninguna pérdida de peso debido a las flavanonas cítricas, pero incluso sin ayudar a los ratones a perderlo, los hicieron más sanos, gracias a un menor estrés oxidativo, un menor daño hepático, y menos lípidos y glucosa en sangre.
Este estudio también sugiere que consumir cítricos probablemente podría tener efectos beneficiosos para las personas que, sin ser obesas, siguen dietas ricas en grasas, lo cual les coloca en riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y obesidad abdominal.
Conviene dejar constancia de que parte de la financiación para esta investigación proviene de Citrosuco, una compañía de producción de zumos de naranja en Brasil.
Los resultados del estudio se han presentado públicamente en un congreso reciente, organizado por la ACS (American Chemical Society, o Sociedad Química Estadounidense), fundada en 1876, y que hoy cuenta con más de 160.000 miembros.