SANÁ, Yemen. Un atentado suicida con coche bomba reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) mató hoy a por lo menos 54 reclutas partidarios del gobierno en la ciudad de Adén, en el sur de Yemen, informaron las autoridades.
Los hombres estaban en un estacionamiento cerca de dos escuelas y una mezquita cuando de repente una camioneta “pickup” aceleró y cruzó una puerta que fue abierta al llegar una entrega de comida, explotando en medio de la multitud, dijeron testigos.
“Había cadáveres y partes de cuerpos por todos lados”, dijo Mohammed Osman, un vecino que acudió al lugar. “Fue una masacre”, agregó.
El número de muertos aumentó de manera constante durante el día y el director del Ministerio de Salud de Adén, Khidra Lasour, dijo que 54 personas perdieron la vida a causa de la explosión. Casi 70 personas resultaron heridas, incluyendo 30 de gravedad, y estaban siendo atendidos en hospitales de la zona.
Los reclutas muertos en el puerto sureño se preparaban para viajar a Arabia Saudí y combatir en la zona de la frontera norte yemení contra los rebeldes hutíes. Los hombres estaban por sumarse a una expedición con la que las fuerzas saudíes reunir 5.000 hombres que también recibirán instrucción. El contingente tendrá su base en las ciudades saudíes de Najran y Jizan, cerca de la frontera, según fuentes yemeníes de seguridad.
Unas 60 personas resultaron heridas en el ataque y fueron trasladadas a tres hospitales de la zona.
El grupo humanitario Médicos Sin Fronteras dijo en medios sociales que su hospital en Adén había recibido 45 cadáveres. Las fuentes yemeníes habían dado una cifra anterior de 25 muertos, pero dijeron que el número probablemente aumentaría. Las fuentes hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas a informar a la prensa.
La agencia de noticias Aamaq, gestionada por el grupo extremista Estado Islámico, afirmó que el atentado fue obra “de un combatiente de Estado Islámico que atacó un centro de reclutamiento”.
Yemen está inmerso en una guerra civil que enfrenta al gobierno con reconocimiento internacional y a una coalición de liderazgo saudí contra los rebeldes chiíes y unidades del ejército leales a un expresidente. Los combates han permitido que Al Qaeda y una filial del grupo radical el grupo Estado Islámico amplíen su presencia en Yemen, especialmente en el sur del país.
Al menos 9,000 personas han muerto en Yemen desde que los combates escalaron en marzo de 2015 con el inicio de bombardeos de liderazgo saudí contra hutíes y sus aliados, según grupos humanitarios y Naciones Unidas. Unos tres millones de personas se han visto desplazadas en el país, el más pobre del mundo árabe.
Las conversaciones de paz en Kuwait se suspendieron este mes sin indicios de progresos.
Los hutíes y las fuerzas aliadas al expresidente Ali Abdullah Saleh tomaron en septiembre de 2014 la capital del país, Saná, obligando al gobierno con reconocimiento internacional a huir del país. La campaña saudí contra los hutíes los ha expulsado del sur de Yemen, pero no ha conseguido apartarles de Saná y el resto del norte del país.