El cáncer de próstata, el alzhéimer y el párkinson comparten una característica: tener regiones desordenadas, aparentemente sin estructura tridimensional rígida. Antes se creía que a pesar de su potencial como dianas terapéuticas, no se podían dirigir fármacos a estas regiones. Sin embargo, científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), en España, han redescubierto el potencial de estas regiones para dirigir moléculas terapéuticas. Los resultados han sido publicados en la revista ACS Chemical Biology.
Xavier Salvatella, científico ICREA y líder del Laboratorio de Biofísica Molecular, investiga la estructura y función del receptor de andrógenos, una proteína involucrada en cáncer de próstata. A pesar de ser un cáncer de crecimiento lento y de buen pronóstico (alrededor de un 70% de los pacientes se curan con cirugía), hay muchos casos en los que las células se diseminan por el cuerpo.
El tratamiento habitual para esta etapa de la enfermedad es impedir la activación del receptor de andrógenos, ya que así las células cancerígenas se mueren. Sin embargo, los tumores acaban desarrollando resistencias al tratamiento y no hay otro disponible.
“Esta proteína es como un camaleón -explica Salvatella-. En vez de ser rígida, es muy flexible y dinámica, y esto permite que adopte diferentes formas”. El mencionado receptor de andrógenos es una proteína que lleva a cabo su función en el núcleo de la célula y regula la expresión de genes. Tiene una región estructurada, que se une al ADN, y una intrínsecamente desordenada, es decir, sin estructura.
“La región desordenada sabemos que es fundamental para la función de la proteína. Sin embargo, su falta de estructura tridimensional la descartaba como diana para fármacos”, agrega el científico.
(Fuente: IRB Barcelona)