Los coordinadores humanitarios de la ONU para Siria manifestaron gran alarma por la escalada de violencia en la ciudad de Alepo y sus entornos y advirtieron del riesgo que corren los centenares de miles de personas que viven en la zona.
Yacoub El Hillo, coordinador residente en el país, y Kevin Kennedy, coordinador regional para la crisis en Siria, pidieron a las partes enfrentadas permitir el restablecimiento de la ayuda humanitaria, toda vez que las hostilidades registradas desde el 7 de julio han cerrado la única vía de acceso que había a la ciudad.
Además, esos choques entre las fuerzas del gobierno y los grupos armados no estatales han causado numerosos muertos y heridos.
El cierre del camino ha cortado el movimiento de bienes tanto comerciales como humanitarios, dejando a 300.000 personas en peligro de ser sitiadas.
El Hillo y Kennedy señalaron que la mayor parte de la población del este de Alepo depende principalmente de la asistencia humanitaria y subrayaron la urgencia de restablecer la entrada de ayuda y las evacuaciones de enfermos.
Agregaron que la ONU y sus socios en esa ciudad siria cuentan con víveres suficientes para alimentar a 145.000 personas durante un mes, pero alertaron que las necesidades aumentan día tras día.
Asimismo, reiteraron el llamamiento a las partes en conflicto a poner fin a los ataques indiscriminados a los civiles y a respetar las leyes humanitarias internacionales.
Finalmente, pidieron una vez más el acceso irrestricto, continuo e incondicional de la ayuda para 5,47 millones de civiles, incluidos los 600.000 que se encuentran en 18 áreas sitiadas en el país.