Lo que parecía una ilusión, se convirtió en luz 24 horas. Centrales micro hidroeléctricas, energía limpia administrada por las mismas comunidades.
En pleno siglo 21 hay gente que vive en comunidades tan remotas, que su luz nocturna son las lámparas y las velas. Y la luna, cuando quiere.
La energía eléctrica era lejano sueño. Guillermo Pérez nos cuenta desde su casa en Arroyo Frío que tenía que salir en burro a buscar cuaba para aluzarse un rato en la noche.
República Dominicana tiene decenas de comunidades enclavadas en montañas, a las cuales llevar la energía eléctrica es prácticamente incosteable y para nada rentable.
En esos lugares, el gobierno, en cooperación con ONG’s , fondos internacionales y empresasprivadas, bajo la dirección y coordinación de la CDEEE y la Unidad de Electrificación Rural y Sub-urbana (UERS) apostó a la construcción y puesta en marcha de 26 micro centrales hidroeléctricas, aprovechando el caudal de los ríos cercanos.
Esta iniciativa además se ha ejecutado en colaboración con Sur Futuro, la Fundación Popular, el PPS de las Naciones Unidas, la Embajada de Francia, Punta Yaque, las Gobernaciones entre otras.
Todo el mundo se fajó hasta convertirse en albañiles e ingenieros y se logró!
Cuatro años de trabajo continuo, casi tres mil familias beneficiadas, cerca de 15 mil personas, tienen ya acceso a lo que nos parece normal en las ciudades.
“Ya todo el mundo tiene su lavadora, su nevera, su televisor; la gente vive tranquila”, dice complacido Angiolino Mateo, residente en Arroyo Frío.
Más de 400 millones de pesos fueron invertidos en energía limpia y en manos de la gente.
Todos estos proyectos tienen como activo principal, la integración de las comunidades, verdaderas protagonistas de este proceso de inclusión social, preservación de los recursos acuíferos y energía limpia los 7 días de la semana.
En consecuencia, las familias se sienten dueñas de su pequeña hidroeléctrica y la cuidan.
Con alegría pueden exhibir orgullosos, se acabó el buscar cuaba y andar con jumiadora!