Los fármacos que se usan para tratar la diabetes podrían también emplearse para tratar el Mal de Alzheimer, y viceversa, si se confirman los resultados de una nueva investigación de la Universidad de Aberdeen en el Reino Unido.
Estamos también ante el primer estudio de su clase que muestra que el Mal de Alzheimer puede llevar a contraer diabetes, en contra de lo que se suponía previamente, que la diabetes se adquiría primero.
El estudio señala que el Mal de Alzheimer y la diabetes tipo 2 están relacionados tan de cerca que los fármacos que se usan para controlar los niveles de glucosa en esta última podrían también aliviar los síntomas y la progresión de la primera.
La investigación, presentada públicamente en la revista académica Diabetologia (la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes), encontró por vez primera que las complicaciones relacionadas con la demencia dentro del cerebro pueden también llevar a cambios en la gestión de la glucosa y finalmente a la diabetes. Esto va en contra de lo que se pensaba anteriormente, que la diabetes se inicia con un mal funcionamiento del páncreas o por una dieta alta en grasas o en azúcar.
Los investigadores desarrollaron un modelo del Mal de Alzheimer y se sorprendieron al encontrar que los niveles elevados de un gen implicado en la producción de proteínas tóxicas en el cerebro no solo llevaron a síntomas semejantes a los del Mal de Alzheimer, sino también al desarrollo de complicaciones diabéticas.
Tal como apunta la profesora Platt, mucha gente desconoce la relación entre la diabetes y el Mal de Alzheimer, pero la realidad es que alrededor del 80% de las personas con la enfermedad de Alzheimer tienen asimismo alguna forma de diabetes o de alteración en el metabolismo de la glucosa. Esto es muy revelador, ya que en la gran mayoría de los casos el Mal de Alzheimer no es heredado, y por tanto la culpa de su aparición la deben tener factores relacionados con el estilo de vida y las comorbilidades.
Este estudio proporciona un posible enfoque terapéutico nuevo para el Mal de Alzheimer, aunque nadie debería comenzar a medicarse para una enfermedad con los fármacos de la otra esperando mejorar la salud, ya que ello entraña riesgos severos y solo investigaciones posteriores y los debidos ensayos clínicos podrán validar lo descubierto en la nueva investigación y establecer los protocolos adecuados de tratamiento.
Aun con reservas, parece razonable suponer que algunos de los compuestos que se usan para tratar los síntomas de la diabetes podrían potencialmente ser beneficiosos también para los pacientes con Mal de Alzheimer. De hecho, el equipo de Platt ya está ahora probando una serie de nuevos fármacos disponibles ahora mismo, con el fin de comprobar si son capaces de revertir los síntomas tanto de la enfermedad de Alzheimer como de la diabetes. Platt y sus colegas también planean estudiar si los nuevos tratamientos desarrollados para el Mal de Alzheimer pueden mejorar los síntomas de la diabetes además de los cognitivos.