Por raro que suene, los Warriors están un poco preocupados.
Los campeones saben lo rápido que puede cambiar una serie, después de protagonizar una remontada de película tras estar abajo 3-1 ante Oklahoma City en la final de la Conferencia del Oeste. Y aunque las probabilidades están en contra de Cleveland en esta final de la NBA, los Warriors dicen que no pueden caer en el error de pensar que la serie ya terminó.
“Es un partido de vida o muerte para nosotros”, dijo el astro de los Cavs, LeBron James. “No podemos darnos el lujo de estar abajo 3-0 ante cualquier equipo, especialmente contra un equipo que tuvo marca de 73-9 en la temporada regular y que juega como ellos juegan”.
Cuando los Warriors estuvieron al borde de la eliminación ante el Thunder, las estadísticas dictaban que tenían un 3,9% de probabilidad de ganar la serie. Apenas nueve de los 232 equipos anteriores que estuvieron abajo 3-1 en una serie lograron remontarla.
Comparado con eso, las probabilidades de Cleveland lucen fabulosas.
“No estamos tan mal como ellos. 3-1 es peor que 2-0”, dijo el entrenador de los Cavs, Tyronn Lue. “Y ellos remontaron partido a partido, lo mismo que tenemos que hacer nosotros”.
Los equipos que se han colocado en un déficit de 2-0 en la final de la NBA han despertado para ganar la serie en 9,7% de esas ocasiones. Tres lo consiguieron en las últimas 31 oportunidades. Los Celtics de 1969, los Blazers de 1977 y el Heat de 2006 perdieron los primeros dos duelos de la final como visitantes antes de ganar el título.