Problemas en Brasil atrasan plantas a carbón y presa de RD

Los problemas internos que ha confrontado el Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES) de Brasil han provocado el retraso de dos de las más importantes obras de infraestructura iniciadas en República Dominicana.El atraso, que afecta a la presa de Monte Grande y la central Punta Catalina, prolongará entre uno y dos años el tiempo de la terminación de esas dos grandes obras, tomando en cuenta el calendario de ejecución previsto originalmente.

El BNDES, una entidad 100 por ciento propiedad del Gobierno federal Brasileño, es a partir del año 2000 uno de los principales financiadores de infraestructuras hídricas de República Dominicana, en hidroeléctricas y acueductos. Los aviones Super Tucano adquiridos por el Gobierno dominicano en Brasil en el año 2007 fueron financiados por el gigante de la banca brasileña de desarrollo.

Por esa ascendente cartera crediticia del BNDES en obras de infraestructura, Brasil se convirtió en el mayor acreedor de República Dominicana, en categoría bilateral, desplazando a Venezuela, que hasta enero del año pasado lideraba esa condición. La compra anticipada que hizo el Gobierno de la deuda concertada vía el acuerdo Petrocaribe, que para entonces sumaba US$4,027.3 millones, cambió el ranking, poniendo en la primera posición a Brasil.

La cartera crediticia ascendente del BNDES en República Dominicana perdió velocidad en los últimos dos años, cuando fruto de las dificultades internas de Brasil, se iniciaron investigaciones que frenaron desembolsos de créditos gestionados para obras dominicanas.

La presa de Monte Grande y la termoeléctrica Punta Catalina—dos proyectos referentes en sus áreas correspondientes y levantados en la región Sur—sufrieron las consecuencias del impasse surgido con el BNDES.

La presa de Monte Grande

El caso de Monte Grande implica el mayor retraso, porque ha significado la paralización total de los trabajos de construcción, a cargo de la firma brasileña Andrade Gutiérrez. El Gobierno ha dicho que los trabajos se reiniciarán en un mes, y que la obra será concluida en diciembre del 2018. Originalmente el Gobierno había previsto terminar la obra

-llamada a transformar la economía de cinco provincias de la región Sur del país- el 30 de abril de 2016. Sin embargo, algunos factores, entre ellos inconvenientes que tuvo la constructora Andrade Gutiérrez, impidieron cumplir el calendario.

La presa fue programada para hacerse con un financiamiento del BANDES por unos US$249 millones, pero al salir a relucir el caso de corrupción en Petrobras (en Brasil), la institución financiera redujo todos los desembolsos, alterando la programación financiera del proyecto, una vez definido como el Metro del Sur, por la importancia para el desarrollo de la zona más pobre del país.

En el caso de Punta Catalina, el mayor proyecto termoeléctrico que se ha iniciado en el país, el BNDES tiene una participación vinculada en un financiamiento por US$632.5 millones que tiene la participación de un pool de bancos europeos integrado por Societe Generale de Francia, Banco Santander de España, ING Bank de Holanda, Unicredit de Italia y Deutsche Bank de Alemania. Estos hicieron un desembolso nominal de US$200 millones a principio de año, con los cuales la CDEEE pagó parte de los equipos del complejo, que ya han sido fabricados y se encuentran en el proyecto, por lo menos los de una de las dos plantas. Cada planta generará 376 megavatios, nominalmente. El costo total del proyecto fue estimado en unos US$1,945 millones y se proyectó que estaría listo a finales del año en curso. Pero los retrasos en los desembolsos ralentizaron los trabajos y la fecha de terminación ha sido diferida para el año 2017.

La falta de desembolso del financiamiento del BNDES a su proporción de la inversión en Punta Catalina se originó en los problemas que enfrentó ese importante banco, que implicó investigaciones a lo interno de la entidad, con cambio de autoridades incluido.

Los préstamos pendientes de desembolsos fueron sometidos a investigaciones por las nuevas autoridades del BNDES, con el consiguiente retraso en el flujo del financiamiento de los proyectos y obras de infraestructura dominicanas concebidos con créditos de esa entidad, que se colocó en el tercer lugar de los bancos con mayor cartera en República Dominicana, solo superado por el BID y el Banco Mundial, que son organismos multilaterales y el BNDES, por ser 100% del Gobierno Federal de Brasil, califica como bilateral.

Cartera de préstamos brasileños ha ido bajando

La desaceleración de los desembolsos de préstamos del BNDES a República Dominicana varió automáticamente la ponderación del ranking de los mayores acreedores bilaterales del país, tumbándoles algunas décimas a Brasil, que sin embargo, se mantiene en primer lugar desde el descenso de Venezuela. En el año 2012 Brasil participaba con el 6% de la deuda externa dominicana, en el 2013 bajó a 4.9 por ciento, en el 2014 declinó a 4.1 por ciento, en el 2015 cerró en 4.2 por ciento y a marzo pasado cayó a 3.7 por ciento.

La decadencia relativa fue impulsada por una reducción absoluta de la cartera de préstamos bilaterales brasileños a República Dominicana. Cifras de la Dirección General de Crédito Público del Ministerio de Hacienda muestran que en el 2012 la deuda del país con Brasil era de US$769.1 millones, en el 2013 bajó a US$734.7 millones, a US$663.3 millones en el 2014 y de US$669.2 millones al 2015. Tres meses más tarde, al 31 de marzo del año en curso, la deuda externa dominicana contratada con Brasil ascendía a US$630.8 millones, una reducción absoluta de US$38.4 millones, y representaba el 3.7 por ciento de los compromisos financieros exteriores del país, que para esa fecha acumulaban US$16,830.2 millones. Se asume que el país sólo está pagando al BNDES.

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