El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, anunció este miércoles que el ataque sobre el centro de la ciudad de Faluya ha sido postergado, en un intento por proteger a los civiles que se encuentran atrapados en la urbe y que podrían ser utilizados como escudos humanos por Estado Islámico. La decisión de Al Abadi pospuso la que se esperaba fuera una de las batallas más grandes jamás combatidas contra estos radicales.
Las fuerzas iraquíes, apoyadas por la coalición internacional liderada por Estados Unidos y también por Irán, detuvieron su avance en los límites de la ciudad también ante la feroz resistencia impuesta por las tropas rebeldes. Aun así, Al Abadi aseguró ante comandantes militares en la sala de operaciones cerca la línea del frente que “habría sido posible terminar la batalla rápido si proteger a los civiles no estuviera entre nuestras prioridades”.