La FORMcard es la respuesta a todas esas cosas que se rompen y nadie sabe cómo se deberían reparar, pero que a simple vista parece muy fácil hacerlo. Muchos veces pensamos, ante un desperfecto mínimo como una “patita” que le falta a algo, cuan fácil sería reemplazarlo con algo similar del mismo tamaño. ¿Por qué es la solución? porque FORMcard, que es en realidad una tarjeta de bioplástico muy duro y resistente, se vuelve tan maleable y suave como la plastilina al contacto con el agua caliente. Esto le permite, primero, acomodarse a prácticamente cualquier superficie o recoveco que necesite rellenarse o repararse; para en segundo lugar secarse y volverse tan resistente y confiable como el plástico. Además, al calentarse, se vuelve pegajoso lo que le permite adherirse a muchos tipos diferentes de superficies.
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