El comercio de la caza furtiva e ilegal de miles de especies en el mundo presenta peligros ambientales y socava el estado de derecho por su potencial para alimentar conflictos, subraya un estudio de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El Informe Mundial de delitos contra especies silvestres, publicado hoy, también insta a compartir la responsabilidad en la lucha contra ese flagelo y recuerda que los productos elaborados a partir de la flora y fauna ilícitas pueden estar ocultos a primera vista, como ocurre con accesorios de moda, muebles, alimentos y animales domésticos.
Uno de los principales mensajes del documento es que estas contravenciones no se limitan a determinados países o regiones, sino que se trata de un fenómeno global.