MADRID. Lleva ya cuarenta años en el escaparate público y está acostumbrada, pues, a escuchar elogios y críticas -”tengo ya un callo que ¡para qué te voy a contar!”, dice-, aunque no por ello se muestra indiferente ante las reacciones que pueda provocar el que es su nuevo reto, una novela, la primera.
“El océano de la memoria” (Suma de Letras), que estos días llega a las librerías, es el título con el que la cantante, actriz y pintora debuta en un oficio, el de escritor, en el que, por “respeto”, no se reconoce.
“De momento”, puntualiza en una entrevista con Efe, pues tiene claro que, en el futuro más inmediato, impulsará otras facetas de su “inquietud artística y literaria”. Y que no son precisamente la música, que “quedará ahí”.
“En el teatro se llaman transiciones, pasar de una zona a otra de tu alma. Descubrirte, crecer….Posiblemente ya he estado demasiado tiempo en un sitio conocido y creo que hay que arriesgar”, argumenta por teléfono desde Zahara de los Atunes, en la costa gaditana (sur de España), donde vive desde que dejó Madrid.
Gran lectora desde muy joven, y enganchada a la escritura también desde muy temprana edad -”escribía poemas, relatos…en la antigua máquina de escribir que había en casa”- San Basilio decidió hace ya tiempo hacer las cosas por propio “placer”.
Por “crecimiento personal, por mi búsqueda”, desde “la sinceridad y la pasión”. “Si además tengo la oportunidad de compartirlo con los demás, eso es una suerte”, asegura.
No oculta, sin embargo, que desde que comenzó, hace ya dos años, a trabajar en esta novela, en más de una ocasión se ha preguntado: “¿Paloma, cómo te atreves?”, “¿qué estás haciendo?”, “¿tendrá esto sentido?”.
“Ha habido momentos de miedo, pero con el miedo no se va a ninguna parte”, afirma .
Paloma San Basilio se ha “dejado llevar”, consciente de que ella parte de un nombre popular, “importante, no nos vamos a engañar”, lo que puede facilitar las cosas. “Aunque también puede ser contraproducente”, advierte.
Pocos han podido leer hasta ahora “El océano de la memoria”, pero quien lo ha hecho le ha transmitido “muy buenas sensaciones”. “Noto a diario -recalca- el cariño y el respeto de la gente, que sabe que si hago una cosa es porque creo que la puedo hacer”.
En las más de 600 páginas que tiene la novela, su autora narra las peripecias de la familia Monasterio Livingston a lo largo de cuatro décadas, desde la Guerra Civil española hasta la muerte del dictador Francisco Franco.
Todo ello con escenarios como la ciudad de Cádiz, que ella conoce muy bien, una ciudad “alegre, mestiza, colorida y generosa”, capaz de ser al mismo tiempo “la más cosmopolita y refinada y la más populachera y divertida”.
“Pasa de todo, y todo tiene su porqué. Lo más difícil -reconoce- ha sido, como novata que soy, crear una estructura narrativa que abarque cuatro décadas”.
La historia viaja también a escenarios de México, Colombia y Londres, narrada por Alba, pelirroja de ojos verdes, la primogética de Custo Monasterio y Alba Livingston, padres de otros siete hijos. Él, médico de profesión, republicano y hombre perdidamente enamorado de su esposa. Ella, una mujer a quien una pasión oculta no le dejará vivir feliz.
Aunque la novela es pura ficción, Paloma San Basilio ha volcado en sus páginas vivencias, opiniones, “dudas, búsquedas y mucha rebeldía”. Con Alba, encargada de narrar la historia familiar, coincide en que “las dos somos soñadoras, fieles, amantes de los caballos y el mar”.
Paloma San Basilio quiere que, como ella en tantísima ocasiones a lo largo de una ya larga y exitosa carrera musical, la novela cruce el Atlántico, y “¿porqué no?” se convierta en una serie de televisión.
“Lo veo, es una historia muy visual”, dice. Ella no estaría en el reparto, “no se puede ser arte y parte” a la vez, aunque sí le gustaría tener “un cierto control” sobre un hipotético guión. Y que su hija Ivana, compositora, escriba la música. Pero “de momento, es solo un sueño”.