“Ese saxofón no tiene pintura, pero tiene un alma increíble”

SANTO DOMINGO. El Dr. Ed Calle, uno de los mejores saxofonistas latinos (algunos creen que es el mejor), acaba de visitar Santo Domingo como parte de la agrupación musical Palo. Ganador de un Grammy Latino y cinco veces nominado a los Grammy, en un descanso durante el concierto que dieron en Arturo Fuentes Cigar Club, dio una entrevista exclusiva a Diario Libre.

P. ¿Por qué escogió el saxofón?

R. Fue sugerencia de mi padre. Nos mandaron un formulario de la escuela pública, y él me preguntó si yo quería estudiar música y le dije, “yo no sé”. Siempre me gustó, pero nunca pensé en eso, y él me dijo qué instrumento te gusta, le dije no sé, ¿el saxofón?, preguntó. Y le dije, está bien. En aquella época cuando el padre te decía algo era ley. Y desde el primer día el saxofón ha sido mi mejor amigo, fuera de mi esposa y mi familia. Ha sido mi mejor amigo.

P. ¿En qué momento Ed Calle empezó a ser más músico?

R. Creo que pasó antes de empezar la música. Aunque a los 14 años empecé a tocar profesionalmente. Comenzaron a llamarme gente para tocar, y en aquella época tocaba mucha trompeta y saxofón. Tenía un amigo, Max, hijo de Fajardo el gran flautista, para hacer unas grabaciones. Y desde aquella época comencé a trabajar todos los fines de semana.

P. ¿Cuáles eran sus referencias musicales, sus paradigmas?

R. Al principio no tenía ninguna. En la casa se escuchaba mucha zarzuela y mucha música clásica, Mantovani, mucha música folclórica venezolana, el arpa, la maraca, el joropo, todo lo que es la música nuestra. Y después empecé a escucharla música americana: los grupos Chicago; Earth, Wind and Fire, Pavanas de Rock, y después me encontré con John Coltrane y me encontré con Michael Brecker, y en esos momentos la vida me cambió por completo, porque yo no sabía que el saxofón tenía esa capacidad. Yo lo había escuchado tocado por mucha gente, pero no de esa manera.

P. Michael Brecker legó ese último disco, “Pilgrimage”, con Herbie Hancock, Patt Metheny, John Patitucci; es un disco que resume toda una vida.

R: Toda una vida. Lo que estaba haciendo con ese disco, por eso se llama Pilgrimage, fue visitando la vida entera. Me costó mucho trabajo escuchar ese disco, porque yo era amigo de él. Él fue un profesor mío, un gran amigo mío, como un hermano mayor casi. Él me ayudó mucho y me costó mucho escucharlo. Esperé par de años antes de poder escucharlo, para no deprimirme. Pero él fue… él es un gran amigo, un gran maestro, un gran ser humano. Lo conocí en el concierto de cumpleaños de Jacko Pastorius, y yo tenía un cuaderno de 200 páginas de transcripciones de él y lo toqué en el hombro. Le pregunté: “estas son suyas?”; el me miró y se dio cuenta lo que era, y me dijo, espérate un segundo. Él no sabía quién yo era. Fue al camerino, sacó un libro que tenía los solos de él, que lo habían escrito en Japón, y me dijo, mira ve y fotocopia esto y me lo entregas esta noche, porque aquí no lo van a publicar, porque no pueden asegurar los derechos de autor. Desde ese día nos hicimos amigos. Luego estuvimos de gira, en Europa, él por su lado,m yo con la banda de la universidad. Tuvimos muchos encuentros y mucho tiempo juntos. Y grabamos juntos con Arturo (Sandoval), y fue un gran amigo y un gran profesor. Y todavía es alguien a quien escucho y aprendo mucho de él.

P. Es inusual que un músico se firme Dr.

R. Eso fue por mis padres. Mi padre sabía cinco idiomas. Era una persona muy capaz. El trabajaba en Viasa, en Venezuela, y el dueño de Viasa lo invitó a los Estados Unidos, a que se encargara del Departamento de cargos, porque mi para era una guía con los números y los idiomas. Y desde que yo era muy joven, me dijo: “la única cosa que no te pueden robar es la educación”. Y yo copié la Enciclopedia Británica en español; para que no se me olvidara el español copié la enciclopedia entera, todos los volúmenes, a mano. Terminé el último grado de High School. Y le prometí a mis padres que no iba a dejar de estudiar hasta que llegara al nivel más alto posible. De ahí viene el doctorado. Y mi mamá, que falleció hace dos años, llegó a ver a su hijo graduarse de doctorado, que es la primera persona de la familia que llegó a ese nivel. Y creo que es importante además, en el mundo de los hispanos, que los jóvenes se den cuenta que una persona puede ser profesor, música, académico, padre, puede ser muchas cosas. Nosotros tenemos la responsabilidad de ser ejemplo para las próximas generaciones. Y personalmente me duele cuando veo a los emigrantes venir a Estados Unidos, y ser forzados a pasarse una vida de esclavos económicos, siendo superiores a eso, pero por el simple hecho de no saber idioma, o no tener el certificado necesario, están forzados a pasarse la vida de esclavos económicos. Y yo quiero que la nueva generación de hispanos en el mundo entero, en todos lados, que nos eduquemos y seamos los médicos, los ingenieros y los doctores los que resolvemos los problemas, y que las oportunidades que existen en el mundo hoy en día, sean para nosotros.

P. ¿Cree que el siglo XX ha sido el siglo de la democratización del saxo?

R. Fue un instrumento europeo en un principio, y fue un instrumento americano en un principio. República Dominicana conoce el saxofón muy bien porque es un país que ha hecho maravillas con el saxo. Tiene un sonido muy particular y han hecho una contribución muy grande.

En Cuba: sea Paquito (D’Rivera), sea mi amigo Carlos Averhoff, sean tantos músicos… Pero yo voy por el mundo entero. No importa, sea en Ecuador, en Panamá, en Venezuela, el número de músicos excelentes, de nivel mundial que existe en todos lados…! Tengo la suerte de ser un hispano que graba mucho, y la gente me escucha y me conoce. Pero creo que el momento pasó -y ojalá sea yo parte de esa vanguardia-, eso se acabó, y hoy en día está en nuestras manos. Los latinoamericanos tenemos mucha creatividad, mucha chispa, muchos ritmos de mucha música, que podemos contribuir. La responsabilidad nuestra es poder decirlo de una manera muy fina.

P. Murió Gato Barbieri

R. Su disco Caliente me cambió la vida. Fue el primer hispano que conocí que era compositor, arreglista y solista, tan especial. En cada nota que toco hay mucho de Gato. La pasión, la energía, el ritmo. Él tenía una facilidad para la melodía. Con apenas tres notas decía mucho más que otra gente con 500.

P. Alguien me preguntó por qué su saxo no tenía brillito. Le contesté que su saxo tiene solera. ¿Qué saxofón es?

R. (Rie) Este es un Selmer Mark VI, este es el Stradivarius del saxofón. Y ese saxofón tiene la suerte de haber grabado solos con Juan Luis Guerra, con Frank Sinatra, con Vanesa Williams, Arturo Sandoval, películas de cine; con KC and the Sunshine Band, los Bee Gees; esa lista es interminable. Son más de 1,200 CD’s, casi 9,000 sencillos. O sea, ese saxofón no tiene pintura, pero lo que tiene es un alma increíble. Y tan importante que el dueño anterior fue un amigo, que era miembro de la Unión de Músicos Norteamericanos, y estaba muriéndose de cáncer. Me llamó y me dijo, mira, me gustaría que tocaras este saxo el resto de la vida. Ese saxofón tocó con Judy Garland, o sea que aunque no tiene mucha pintura, sí tiene una historia muy importante.

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