TORONTO,Canadá. El documental “Death by a Thousand Cuts” sobre el conflicto medioambiental y social que existe en la frontera entre República Dominicana y Haití que realizó su estreno mundial esta semana en el festival Hot Docs de Toronto, se prepara ahora para su exhibición en televisión y otras muestras.
El film, dirigido por el colombiano Juan Mejía Botero y el estadounidense Jake Kheel, explora las causas de la deforestación en la frontera entre los dos países, la producción ilegal de carbón vegetal y el conflicto social por la llegada de inmigrantes haitianos a la República Dominicana.
Los directores del film declararon a Efe que tras su estreno mundial en Hot Docs, el mayor festival de cine documental de Norteamérica y uno de los más importantes del género en el mundo, “Death by a Thousand Cuts” será exhibido en República Dominicana y Haití y en televisión a través de Documentales Univision.
Kheel señaló que el origen del film se sitúa en su interés en el Parque Nacional de la Sierra de Bahoruco, en la República Dominicana y que fue el tema de su tesis en 2001.
“Empecé a entender la realidad y lo interesante de la situación: había muchos haitianos, tanto como trabajadores agrícolas para empleados dominicanos, como en la producción de carbón. Pero el carbón era como un misterio”, declaró Kheel.
Tras un viaje a la región de Kheel y Mejía, un director de documentales centrado en la temática de derechos humanos en Latinoamérica, decidieron que la problemática era interesante y más compleja de lo que aparentaba.
“Había una historia muy interesante, única en la frontera. El misterio que estábamos intentando entender era el tráfico ilegal de carbón y el caso de un asesinato de un dominicano a manos de un haitiano”, explicó Kheel, quien ha vivido durante los últimos 11 años en la República Dominicana.
Inmigración
“Hay una interrelación entre ambos países que no esperábamos, una interrelación fascinante”, añadió.
El filme también explora la corriente antimigratoria y antihatiana que existe en la actualidad en la República Dominicana, con la aprobación de leyes contra los haitianos que se encuentran en el país.
Mejía destacó que es parte de algo que está “pasando en todo el mundo, ya sea en Estados Unidos, en Europa o en otros países de América Latina”.
El cineasta explica esta corriente por el aumento de la desigualdad social.
“Puede que la pobreza esté disminuyendo en muchos países, pero la desigualdad está aumentando. Cuando la gente se siente marginada lo primero que hace es buscar un chivo expiatorio”, dijo.
“En Chile puede que sean los bolivianos y peruanos. En Venezuela, los colombianos. En México, los guatemaltecos. Y en la República Dominicana obviamente son los haitianos. Y la situación económica se brinda para un clima más antagónico”, continuó.
Dañado
Tanto Kheel como Mejía consideran que las políticas contra los inmigrantes haitianos han dañado la imagen de la República Dominicana aunque sean responsabilidad de solo una poderosa minoría.
“Hay grupos en la República Dominicana que tienen un punto de vista más extremo hacia los haitianos. Pero la mayoría de dominicanos son mas racionales, más medidos. Son esos grupos extremistas lo que han utilizado la ley como herramienta para proyectarse como representativos del país”, señaló Kheel.
Mejía añadió que “las diferencias entre los dos países no son tan grandes en términos de estructura. Un fabricante de carbón dominicano tiene más en común con un fabricante de carbón haitiano, que con las elites de sus países”.
En los cuatro años que han tardado en realizar “Death by a Thousand Cuts”, Kheel y Mejía han comprobado un empeoramiento de la deforestación en la frontera entre los dos países.
“Hay más producción de carbón y una mayor deforestación que se nota más cerca de las áreas transitadas”, explicó Kheel.
“El dinero que está involucrado ha empujado a que personas con influencia hayan comenzado a crear una situación semilegal de la producción y comercialización del carbón que es muy peligroso”. añadió.
Los dos cineastas terminaron señalando que con su filme pretender “crear el espacio en que se puede hablar de la problemática de los recursos naturales y el conflicto entre los dos países. No tenemos una agenda sino presentar una realidad que muchas personas no están captando”. EFE