WASHINGTON. El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció hoy medidas concretas para combatir la evasión fiscal, un “problema global” que afecta negativamente a la economía, e impulsar la transparencia financiera en respuesta a la revelación de los papeles de Panamá.
“En meses recientes, hemos visto lo grande que se ha convertido el problema de la corrupción y la evasión fiscal en todo el mundo”, afirmó Obama en una comparecencia no anunciada en la Casa Blanca.
Obama se refirió al reciente escándalo de los papeles de Panamá, generado por la masiva revelación de documentos del despacho de abogados Mossack Fonseca que muestran la creación de miles de sociedades opacas en varios paraísos fiscales para sus clientes, entre ellos funcionarios de gobiernos de todo el mundo.
“Estas actividades son injustas y negativas para la economía”, agregó el mandatario, a la vez que señaló que quienes “acaban pagando” por estas estrategias son el “resto de los contribuyentes” y no las empresas e individuos con “abogados sofisticados”.
Problema global
El Gobierno estadounidense dio hoy a conocer una serie de medidas, lideradas por el Departamento de Justicia y el del Tesoro, que van desde la cobertura de vacíos legales en los que se amparan los evasores fiscales hasta propuestas legislativas para luchar contra la opacidad en las empresas pantalla.
No obstante, Obama subrayó que se trata de un “problema global” que necesita coordinación internacional, e instó una vez más al Congreso estadounidense a desarrollar legislación específica basada en “el sentido común”, ya que no se puede actuar exclusivamente desde el brazo ejecutivo.
En el mismo sentido se expresó el secretario del Tesoro, Jacob Lew, quien en una carta enviada al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, remarcó que “existen vacíos en nuestras leyes que permiten a malos actores usar deliberadamente compañías estadounidenses para esconder el lavado de dinero, la evasión fiscal un otro tipo de actividades ilícitas”.
Las medidas
Entre las medidas más destacadas está la que exige a las instituciones financieras de EE.UU. identificar y verificar a los auténticos propietarios de las empresas con las que hagan negocios, es decir, aquellos que poseen, controlan y se llevan los beneficios.
Esto implica, por ejemplo, que cuando una compañía inscrita en una paraíso fiscal (”offshore”) trate de abrir una cuenta en un banco de EE.UU., será la propia institución financiera la que deba averiguar quién está realmente detrás de esa empresa.
La norma ha sido impulsada por la unidad contra el lavado de dinero del Departamento del Tesoro y, aunque ya se propuso en 2014, la reciente publicación de los papeles de Panamá ha acelerado su tramitación, algo que reconoció el propio portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su rueda de prensa diaria.
“No se le debería permitir a nadie ocultarse a la sombra de sus obligaciones legales”, afirmó el consejero asistente de seguridad nacional de la Casa Blanca, Wally Adeyemo, en un comunicado.
Lo cierto es que estos paraísos fiscales no están solo en destinos aparecidos en estas revelaciones, como Bahamas, Islas Vírgenes o el propio Panamá.
Dentro de EE.UU. también existen los estados “secretos” de Delaware, Nevada, Dakota del Sur y Wyoming, considerados así por las favorables ventajas fiscales y la escasa exigencia de información a la hora de abrir una cuenta bancaria, según la clasificación de la organización no gubernamental Red por Justicia Fiscal.
Precisamente, esta semana visitó Washington el presidente panameño, Juan Carlos Varela, quien aseguró que su Gobierno va a “evitar que se utilice la plataforma financiera de Panamá para fines ilegales”, y reiteró que su país ha optado “por la transparencia financiera y fiscal, y ese camino no será retrocedido”.
Por su parte, la secretaria adjunta de Estado de EE.UU. para Latinoamérica en funciones, Roberta Jacobson, indicó que “el Gobierno de Panamá ha tomado los pasos adecuados. Y el Gobierno estadounidense seguirá trabajando con el panameño sobre estas cuestiones”.