BOGOTÁ. La excandidata presidencial colombiana Íngrid Betancourt, que estuvo secuestrada durante seis años y medio por las FARC, pidió hoy a su país unidad para vencer la “deshumanización” del conflicto armado, sobre el que habló en un emocionado regreso después de seis años sin pisar su tierra.
“Más que una víctima, soy una superviviente de un proceso de deshumanización”, declaró Betancourt en Bogotá al intervenir en el foro “La reconciliación, más que realismo mágico”, convocado por la Fundación Buen Gobierno y la Cámara de Comercio de la capital.
La excandidata, que reside en Londres y hacía seis años que no visitaba Colombia, recordó ante un abarrotado auditorio algunos de los episodios más dramáticos de su secuestro en la selva, que comenzó en febrero de 2002 y concluyó en julio de 2008, cuando fue rescatada en un espectacular operativo militar conocido como “Operación Jaque”.
“Para estar hoy con ustedes he recorrido un camino largo, ciertamente dramático, pero con final feliz”, comenzó emocionada al exponer el “tsunami emocional, físico y personal” que supuso su retención en la jungla, donde “la barbarie es la norma”. Betancourt aseguró que durante su cautiverio perdió su voz y su identidad, “algo único” que luchó por preservar en la selva, donde se negó a ser identificada con un número y pedía que la llamaran por su nombre.
“Los guerrilleros me llamaban ‘la cucha’, por vieja; ‘la garza’, por flaca; ‘la perra’, por mujer, y ‘la carga’, por secuestrada”, recordó. Varias anécdotas durante esos largos seis años aislada del mundo que conocía le hicieron ver, pese a los horrores de la violencia, “que víctimas de la deshumanización fuimos todos, secuestrados y secuestradores”, expuso. Por ello, la excandidata apeló a los colombianos a unirse, reconocerse y “confiar” en el otro, una palabra “clave” para comenzar el proceso de reconciliación que, aseguró, “requiere una transformación cultural y si se quiere espiritual”.
Para Betancourt, el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se desarrolla desde hace más de tres años y medio en La Habana, “ha tenido un efecto positivo en el lenguaje”, que en cierta manera ha perdido su carga negativa, algo que la excandidata asocia con la deshumanización. En este sentido, indicó que cuando las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se desmovilizaron en 2006 “el grueso de la sociedad civil no se sintió involucrado” y no cambió muchos de sus planteamientos sobre el conflicto, algo que en su opinión hizo que muchas dinámicas negativas se mantuvieran. Ahora, agregó, hay que recordar “aquello que desató la guerra” para evitar que sus fundamentos se reproduzcan, y destacó que quienes cuestionan las negociaciones con las FARC “suelen ser los mismos que no han sufrido los rigores de la violencia”.
“Cada una de las partes tuvo motivos para desatar la guerra”, consideró Betancourt, que enfatizó que “todos los colombianos deben ganar más con la paz que con la guerra” para que la paz sea estable y duradera. “Ha llegado la hora de abrazarnos todos como la familia colombiana que nunca debimos de dejar de ser”, concluyó Betancourt, ovacionada en pie por el auditorio.