CARACAS, Venezuela. Las autoridades electorales venezolanas iniciaron el miércoles el proceso de revisión de las planillas con 1,8 millón de firmas que consignó la coalición opositora para activar el proceso de referendo revocatorio del mandato de Nicolás Maduro.
El Consejo Nacional Electoral comenzó la contabilización de todas las planillas con las firmas, proceso que se realiza en presencia de testigos del oficialismo y la oposición y que podría extenderse hasta el lunes o martes de la próxima semana, anunció Tibisay Lucena, presidenta del organismo.
Lucena dijo a la prensa que el Consejo también evaluará una solicitud que realizó una comisión oficialista para que se establezca “un lapso de reclamo” sobre la revisión de las personas que firmaron.
“Este poder electoral no actúa por chantaje de nadie. No recibe presión de nadie. La obediencia del poder electoral se debe a la constitución y la ley”, indicó Lucena al denunciar que ella y el Consejo Electoral han sido víctimas de “ataques desmedidos” de parte opositores y algunos medios. “Esto es un ataque a la república, a la estabilidad del país, a la democracia, a la paz”, agregó. La funcionaria dijo que se reserva el derecho de tomar acciones penales o civiles ante los ataques personales que ha recibido.
El secretario ejecutivo de la coalición opositora, JesúsTorrealba, dijo a The Associated Press que luego de esta revisión se pasará a una verificación presencial de las firmas, que se extenderá por cinco días, en la que los firmantes serán convocados a varios puntos en todo el país, establecidos por el Consejo Electoral, para registrar su huella dactilar y ratificar sus rúbricas.
Si el Consejo Electoral valida 195.721 firmas, que representan 1% del total del padrón electoral estimado en 19,8 millones de electores, la oposición podrá pasar otra fase que implicará la recolección de casi cuatro millones de rúbricas para activar formalmente el referendo revocatorio.
Aunque algunos dirigentes oficialistas han manifestado dudas de que el referendo contra Maduro pueda darse en 2016, el secretario general de la coalición opositora dijo que “técnicamente hablando es factible”. “Pasaremos la segunda mitad del año luchando para ganar el referendo y seguramente terminaremos este año con un nuevo gobierno de unidad nacional”, agregó.
“El gobierno quiere jugar con el tiempo para que no haya revocatorio este año. Nicolás Maduro no quiere contarse porque le tiene miedo al pueblo, pero nosotros los venezolanos debemos exigir el cumplimiento de nuestros derechos”, expresó el dirigente opositor Henrique Capriles al asegurar que la oposición insistirá para que el referendo se realice en 2016.
Torrealba desestimó la afirmación que realizó la víspera Maduro de que podría emprender una “demanda de resarcimiento” contra los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática si se detecta una firma falsificada y señaló que “intentar amenazar revela lo desubicado que está”.
La coalición opositora anunció que entre el 27 y 28 de abril recolectó en todo el país 2,5 millones de firmas que avalan el referendo contra Maduro, pero que decidió entregar menos rúbricas al Consejo Electoral para acelerar el proceso de verificación.
La constitución establece que el referendo revocatorio de un mandatario puede activarse al alcanzar la mitad de su período presidencial. Maduro llegó en 2016 a la mitad de su mandato de seis años.
El gobernante dijo la noche del martes que está dispuesto a ir al referendo si el Consejo Electoral ratifica las firmas y sostuvo que confía en que el pueblo venezolano lo apoyará.
Maduro enfrenta este proceso en medio de una compleja crisis dominada por una desbordada inflación, severos problemas de escasez de alimentos y medicinas, fallas en el servicio eléctrico y una recesión económica que se agravó por la caída de los precios del petróleo, la principal fuente de ingresos del país.
La oposición sostiene que el referendo revocatorio contra Maduro representa una salida pacífica a la difícil situación del país.
El gobierno asegura que la crisis es consecuencia de una “guerra económica” promovida por sectores opositores.