BRASILIA. Un nuevo testigo que colabora con la Justicia confirmó ayer ante el Consejo de Ética de la Cámara baja de Brasil que el presidente de los Diputados, Eduardo Cunha, recibió sobornos por intermediar contratos amañados con la petrolera estatal Petrobras.
El nuevo testimonio fue rendido por el cabildero Fernando Soares, que está preso por su responsabilidad en el gigantesco escándalo de corrupción de la petrolera y aceptó colaborar con la Justicia y delatar a sus cómplices a cambio de reducción de sus condenas.
Soares dijo que le entregó a Cunha 4 millones de dólares en diferentes encuentros entre 2011 y 2012 como parte de sobornos por un contrato amañado en Petrobras y que se reunió al menos diez veces con el presidente de la Cámara de Diputados tanto en su despacho en el Congreso en Brasilia como en su residencia en Río de Janeiro.
“Tuvimos una reunión el 18 de septiembre de 2011 con Julio Camargo (propietario de la empresa beneficiada) y Cunha para tratar directamente de los valores y acordamos que se le pagaría 5 millones de dólares, de los que le entregué personalmente 4 millones”, afirmó el cabildero ante los miembros del Consejo de Ética.
Según la Fiscalía, Soares era el encargado de pagar sobornos de desvíos en Petrobras a dirigentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor fuerza política del país y a la que pertenecen Cunha y el vicepresidente brasileño, Michel Temer.
El testigo es también el cuarto delator que ha confirmado el pago de los sobornos al presidente de los Diputados y el tercero que lo hace ante el Consejo de Ética, que abrió un proceso que puede concluir con la destitución de Cunha.
El relato agrava aún más la situación de Cunha y se produce un día después de que la Corte Suprema autorizara la apertura de dos nuevas investigaciones en su contra, con lo que llega a cinco el número de procesos que enfrenta en la máxima corte, todos relacionados con desvíos en Petrobras.
Como presidente de los Diputados, Cunha es el segundo en la línea de sucesión de la Presidencia de Brasil y fue el encargado de iniciar los trámites para el juicio político con fines destituyentes que el Congreso estudia abrirle a la jefa de Estado Dilma Rousseff.
El primero en la línea de sucesión es Temer, quien también puede ser sometido a un proceso similar al de Rousseff, por lo que, en caso de que ambos sean despojados de sus mandatos, Cunha asumiría la jefatura del Estado.
Según diferentes testigos, Cunha recibió 5 millones de dólares por haber intermediado un contrato ilegal de la petrolera como parte de los sobornos por un total de 40 millones de dólares que el empresario Julio Camargo aceptó pagar a cambio de adjudicarse un contrato de 1.200 millones de dólares para construir dos navíos de explotación de petróleo en aguas marinas para Petrobras.
La Comisión de Ética investiga si el presidente de la Cámara le mintió al Congreso al declarar que no tiene cuantas bancarias en el exterior ni vínculos con las corruptelas en Petrobras. Tal falta constituye una violación al Código de Ética y, de comprobarse, puede ser sancionada hasta con la pérdida del mandato del legislador.
Pese a que el congresista lo niega, la Justicia de Suiza, que colabora con tribunales brasileños, ya confirmó que Cunha posee cuentas en ese país.
En su interrogatorio en la Comisión de Ética, Soares dijo desconocer si el presidente de los Diputados tiene cuentas en el exterior y dijo que los sobornos los pagó en dinero en Brasil.
El cabildero fue escuchado por los miembros de la Comisión el mismo día que el organismo recibió de la organización no gubernamental Avaaz una petición con 1,3 millones de firmas de brasileños que piden que el Congreso despoje de su mandato a Cunha.
Las firmas fueron recogidas en internet y entregadas al presidente de la Comisión de Ética, diputado Jose Carlos Araújo.
“Confiamos en que ustedes darán voz a los miles de brasileños que están indignados por tener como líder de la Casa del Pueblo a alguien sospechoso de estar involucrado con corrupción”, asegura la petición.