¿Cuáles son los motivos que le impulsan a buscar la senaduría por la provincia Santo Domingo?
Me impulsa la convicción de que se puede hacer algo por la gente, y al forma más factible es a través de los cargos públicos. En ese sentido, la senaduría tiene un peso específico grande en la vida de una nación.
¿Cuáles son sus principales propuestas para el electorado?
En primer lugar yo voy a propulsar por el cumplimiento de la ley de seguridad social. El componente de la obligatoriedad, ya el tiempo se ha cumplido para que todos los dominicanos tengan acceso al Seguro Familiar de Salud.
¿Qué le diferencia de los demás candidatos?
Yo pienso que los electores deben votar por quien represente realmente la solución de sus principales problemas. Y aquí el problema, y ustedes son testigos, porque han hecho encuestas sobre lo que la gente considera cuáles son sus problemas, y todo estipula que la pobreza es el principal problema del país. Todos los demás males sociales, como la delincuencia, la inseguridad, la falta de servicios, nacen de la pobreza.
¿Por qué los electores deben votar por usted el 15 de mayo?
Yo creo que no hay una diferencia, excepto en un punto: en lo que cada uno cree que se debe hacer. Yo pienso que debemos legislar. Yo pienso que los legisladores están allí para defender el derecho de la población a través de las leyes. La diferencia de mi persona con los demás colegas aspirantes es la visión que tú tienes del deber de un legislador.
¿Es costosa la campaña? ¿Cuánto hay que invertir para ser senador (a)?
A mí no me ha costado mucho, porque hablar con la gente no cuesta mucho. Convencer a la gente, sobre todo cuando tú lo puedes mirar a los ojos, y decirles: ‘yo quiero hacer esto desde el Congreso’. Cuando yo digo que quiero mejorar la condición de la gente, tal vez yo no tenga que darle a nadie cien pesos o un galón de gasolina a un motorista para que se mueva. La campaña mía es sumamente barata. La gente piensa que para ser senador hay que invertir de diez millones a veinte millones de pesos.