SANTO DOMINGO. Hoy Edouard Duval-Carrié recibe en Miami la Orden de Caballero de las Artes y las Letras que otorga el gobierno francés. Su obra va dejando -como en el cuento- semillas de calabaza por los caminos del Caribe.
El artista haitiano es uno de los maestros en cuya obra plástica están la voluptuosidad de los colores y el desbordamiento de las formas: lo demuestra Hispaniola Saga, que se inauguró el jueves 14 de abril en Lyle O. Reitzel Arte Contemporáneo, hasta el 31 de mayo.
Un buen dato: en 20 años ésta es la quinta individual que expone Lyle del artista nacido en 1954.
En la exuberancia febril del trópico, en los misteriosos pliegues de sus mitos, en el radiante colorido de su música, habita ese mundo que él sintetiza conjugando lo kistch con lo fauvista, lo figurativo surreal con lo barroco tropical en una Poïesis propia.
Alejo Carpentier hubiera sido fan de Duval Carrié, porque quien lea El reino de este mundo, descubre el realismo mágico del escritor cubano en obras como la que da título a la muestra, o Grand Masque, Le Traversée o Le Carnaval des grimaces.
Las trágicas diferencias entre los territorios haitiano y dominicano; la huella de Duvalier y lo que significa; las leyendas del vudú; esto y más dentro de los únicos marcos que caracterizan la obra de Duval-Carrié.