LA HABANA. El presidente de Cuba, Raúl Castro, planteó hoy nuevas medidas para garantizar el relevo generacional en el Partido Comunista y anunció una reforma constitucional que recoja la “actualización” socialista, aunque dejó claro que se mantendrá el sistema de partido único y que la isla no volverá al capitalismo.
En su discurso inaugural del VII Congreso del PCC, Raúl Castro propuso limitar la edad máxima para integrar los órganos de gobierno del partido: 60 años para ingresar en el Comité Central y 70 para formar parte de la alta dirección, como el Buró Político.
Esto, junto a la medida adoptada en el anterior congreso de abril de 2011 de limitar los puestos de Gobierno a dos periodos consecutivos, “garantizará desde la base el rejuvenecimiento sistemático en todo el sistema de cargos”, señaló Raúl Castro, de 84 años, quien abandonará la presidencia del país en 2018, al término de su segundo mandato.
“Este es un quinquenio de tránsito”, manifestó Castro, quien indicó que el objetivo es que la renovación de las estructuras partidistas y gubernamentales “fluya con naturalidad”; lo que apartará del poder a la generación histórica de la revolución, que todavía ocupa importantes cargos en el partido y el Gobierno.
En un largo discurso de dos horas y media ante los mil delegados elegidos por la militancia y 280 invitados, Castro volvió a referirse a la necesidad de acometer una reforma constitucional, que incluya las transformaciones de la “actualización” socialista, iniciada hace cinco años, pero sin alterar el “carácter irrevocable” de su actual sistema político.
El presidente cubano indicó que la nueva Constitución, que se aprobará en un referendo popular, incluirá la “conceptualización” del nuevo modelo económico y social, que deberá definir el alcance y combinación de las formas de gestión estatales y privadas; asunto que, debido a su complejidad, no podrá resolverse en este cónclave.
Castro admitió que han proliferado micro, pequeñas y medianas empresas privadas al calor de las reformas económicas emprendidas hace cinco años, abogó por dejar los “eufemismos” y “llamar a las cosas por su nombre”; pero advirtió que la existencia de la propiedad privada en Cuba no implica la “restauración del capitalismo”.
Modelo económico
Insistió en que la empresa estatal seguirá siendo el modelo económico principal en la Cuba socialista y que en los “lineamientos” -término oficial para referirse a las reformas- “se precisa rotundamente que en las formas de gestión no estatales no se permitirá la concentración de la propiedad, ni tampoco de las riquezas”.
Aunque los espacios al sector privado solo se han abierto a cooperativas y al trabajo autónomo de personas naturales -conocidos en la isla como “cuentapropistas” y que suman casi medio millón-, Castro reconoció que ese cambio “ha conllevado en la práctica” la existencia de empresas privadas, que “hoy funcionan sin la debida personalidad jurídica”.
“No somos ingenuos, ni ignoramos la influencia de poderosas fuerzas externas que apuestan a lo que llaman el empoderamiento de las fuerzas no estatales de gestión, con el fin de generar agentes de cambio en la esperanza de acabar con la revolución y el socialismo en Cuba”, aseveró Castro, en una clara referencia al apoyo expreso de Estados Unidos a los emprendedores cubanos.
Sobre el restablecimiento de los lazos con ese antiguo enemigo, el presidente cubano llamó a la militancia comunista a favorecer una “convivencia civilizada” y a no hacer de las “diferencias” el centro de la nueva relación iniciada hace quince meses, respaldada con la visita a la isla, hace menos de un mes, del presidente estadounidense Barack Obama.
En el primer congreso del PCC después del “deshielo”, Raúl Castro reiteró que el levantamiento definitivo del “bloqueo”, que lastra el despegue de la economía cubana, es el principal obstáculo para la normalización de las relaciones, aunque valoró como “positivos” los esfuerzos de Obama para aliviar su impacto.
El VII Congreso del PCC, que se prolongará hasta el martes 19, se ocupará desde hoy de analizar y discutir el rumbo de las reformas económicas en el último quinquenio, proceso desarrollado “con paso seguro, sin prisas pero sin pausas”, ya que en Cuba “jamás debe permitirse la aplicación de terapias de choque”, según Castro.
“El principio socialista de que nadie quedará desamparado, condiciona en gran medida la velocidad de la actualización del modelo económico cubano”, explicó el primer secretario del PCC.
De los 313 “lineamientos” aprobados en el anterior Congreso, solo el 21 % se ha implementado, el 77 % está en proceso y un 2 % no se ha iniciado; un saldo demasiado lento para algunos sectores de la población y que ha sufrido “el lastre de una mentalidad obsoleta que conforma una actitud de inercia o ausencia de confianza en el futuro”, admitió Castro.