ESTOCOLMO. Una asociación de Turismo en Suecia abrió una línea telefónica donde los turistas llaman a ciudadanos suecos a través de una aplicación en sus teléfonos. La idea de la organización es conectar a los visitantes con la gente común, quienes trasmiten su cultura o forma de ver el mundo.
En su página de internet, la Asociación Sueca de Turismo dice que la idea es “despertar la curiosidad de la personas sobre Suecia, nuestra cultura, naturaleza y forma de pensar. Para lograr esto, contamos con la gente de Suecia”.
No se trata de algo completamente al azar. Los suecos que toman las llamadas bajaron voluntariamente una aplicación a sus celulares. Sin embargo, no se les dan instrucciones sobre lo que tienen que decir.
“Es como cuando los suecos viajan por el mundo. No sabes con quién vas a platicar o qué van a decir”, dijo Magnus Ling, director de la asociación de turismo, un grupo sin fines de lucro.
Unas 3.000 personas habían marcado el “Número Sueco” el jueves al mediodía, un día después de su lanzamiento, y prácticamente el mismo número de suecos se habían inscrito para responder las llamadas, dijo Ling.
El sitio en internet dice que la iniciativa es en honor de los 250 años de la Ley de Libertad de Prensa que el país promulgó en 1766, que se cree es la primera del mundo que apoyó la libertad de expresión.
Ling admite que hubo otro motivo: atraer a gente a la asociación turística, la cual se financia a través de membresías. Los suecos que se inscriban para recibir llamadas recibirán un email donde se les invitará a afiliarse al grupo.
Las llamadas no se monitorean pero sí se graban, “por eso si alguien dice que fue amenazado o acosado podemos revisar quién fue e incluso bloquear ese número”, explicó Ling.
El mayor número de llamadas que llegaron provinieron de Turquía. Ling no sabe por qué, pero supone que tiene que ver con la iniciativa de promocionarse tanto en medios tradicionales como en las redes sociales.
Después de inscribirse al servicio, este periodista de The Associated Press en Estocolmo recibió cuatro llamadas en más o menos una hora. La primera era una mujer de Turquía que hablaba poco inglés. El segundo colgó. El tercero era un estudiante de ingeniería de Gran Bretaña.
El cuarto fue otro periodista: Tim Nudd, editor creativo en Adweek en Nueva York.
“Solo quería saber cómo funciona esto”, dijo Nudd.
Él también estaba escribiendo un artículo al respecto.
Por KARL RITTER, Associated Press