SANTO DOMINGO. El trabajo publicado por Diario Libre sobre la difícil situación que estaban enfrentando algunos empresarios del país a la hora de ir a comprar dólares para sus negocios, provocó que el Banco Central (BC) convocara ayer a ejecutivos de las entidades financieras y, luego de analizar, de forma conjunta el tema, tomó la decisión de inyectar entre US$100 millones y US$200 millones al mercado cambiario.
El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, en una reunión sostenida ayer con los tesoreros de las entidades financieras, anunció la decisión de esa Institución de colocar gradualmente en el mercado de divisas hasta US$200 millones para satisfacer los requerimientos de dólares de los agentes económicos, como manera de contribuir con el comportamiento normal de las actividades productivas del país.
En dicha reunión, Valdez Albizu, quien estuvo acompañado de los principales funcionarios del staff técnico del Banco Central, señaló que “no vamos a permitir que se genere incertidumbre respecto al flujo de divisas hacia los sectores productivos, ni tampoco que se creen expectativas no deseadas sobre el nivel relativo del tipo de cambio, mucho menos en momentos en que el Banco Central cuenta con Reservas Internacionales suficientes para enfrentar cualquier eventualidad”.
Enfatizó, además, que no existen razones ni monetarias ni fiscales que pudiesen influir en un comportamiento inadecuado del mercado de divisas.
Sobre la situación de dificultad para la compra de dólares también se quejó ayer la Asociación Interamericana de Empresas (Asine), la cual consideró que la limitación para la compra de dólares podría afectar la imagen del país en el exterior.
Impacto falta de dólares
Además, el economista y vicepresidente ejecutivo del Centro Regional del Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), Ernesto Selman, explicó que, entre otros aspectos, el impacto de que los empresarios no encuentran a tiempo la cantidad de dólares que requieren para la adquisición de materias primas, podría reflejarse en un retraso de la producción que podría afectar a los consumidores.
“Esa situación podría crear un freno a la actividad económica, es decir, podría frenar o retrasar la actividad económica, que no se puedan suplir los bienes y servicios en el momento indicado y esperado por los emprendedores y así mismo no se satisface a los consumidores porque no se produce en el ritmo que se ha planificado en base a la demanda del mercado”, precisó.