LONDRES. Chris Eubank sabe lo que es dejar a un rival al borde de la muerte. Y no quiso que la historia se volviese a repetir cuando su hijo castigaba a mansalva a un rival que ya casi no se defendía y el árbitro no paraba la pelea del sábado por el título británico semipesado.
Nick Blackwell se encuentra en un coma inducido, peleando por su vida, tras sufrir lesiones cerebrales durante una brutal pelea con Chris Eubank Jr. El hecho de que todavía esté con vida, no obstante, bien podría deberse a la intervención de Eubank padre, quien 25 años atrás pasó por una experiencia similar.
En 1991 Eubank le produjo lesiones casi fatales al también británico Michael Watson en una pelea por el título mundial. Watson requirió de seis operaciones para eliminar el coágulo que se le había formado en el cerebro y quedó parcialmente paralizado.
El sábado Eubank estaba en la esquina de su hijo, quien le dio una soberana paliza a Blackwell en el estadio Wembley. Hacia el final del octavo round, Blackwell lucía en muy mal estado, con el ojo izquierdo hinchado y casi totalmente cerrado.
Antes del inicio del noveno asalto, Eubank padre subió al ring y le dijo a su hijo que no castigase más a Blackwell en la cabeza.
“Si el referí no para la pelea, no sé qué decirte…”, le dijo a su hijo. “Pero una cosa es segura: si no la para y le sigues castigando así, va a lastimarse feo. No entiendo por qué no para el combate”.
“Tal vez no debamos esperar a que intervenga el árbitro. Deja de pegarle en la cabeza. Golpéalo en el cuerpo. ¿OK?”, agregó.
La pelea siguió y fue parada recién en el 10mo round, luego de que el médico le dijese al árbitro que Blackwell no podía ver de su ojo izquierdo. Minutos después, Blackwell se desplomó en el ring, fue atendido inmediatamente y llevado a un hospital.
Sufrió una hemorragia cerebral y se encontraba en cuidados intensivos.
Watson vio la pelea y se alegró de que Blackwell fuese atendido inmediatamente.
“Sufrí mucho cuando me pasó a mí, y me alegra de que mi experiencia haya hecho que se mejore la atención médica de los boxeadores”, declaró Watson, según el diario The Daily Telegraph del lunes.
“Chris no tiene que sentirse culpable por lo que pasó. No fue su intención hacerle daño al rival, por raro que pueda parecer. Fue un accidente”, acotó.
Robert Smith, secretario general de la Junta de Control del Boxeo de Gran Bretaña, justificó la decisión del árbitro Victor Loughlin de hacer seguir la pelea.
“Los boxeadores saben los riesgos que asumen cuando suben al cuadrilátero”, declaró. “Estamos tan preparados como podemos, pero nunca va a ser 100% seguro. Esa es la naturaleza de este deporte”.